Zidane toca fondo con sus bandazos

Zidane: "Contamos con James y Bale"

 El técnico del Real Madrid asegura que el club cuenta con todos los jugadores disponibles / Perform

Alejandro Álcazar

El Real Madrid 19-20 no ilusiona. La desazón sigue atenazando a la afición madridista que empieza a recelar de Zinedine Zidane, que acumula datos negativos desde su regreso.

Acabó en caída libre la Liga pasada, tres derrotas de cuatro partidos, y ha comenzada la pretemporada con la misma dinámica, tres derrotas y dos empates en siete partidos. Es el peor equipo de los 20 de la Liga en pretemporada (1,14 puntos por partido) además de ser penúltimo de la International Champions Cup. Un desastre.

Es cierto que es muy pronto para sacar conclusiones, pero los síntomas siguen siendo los mismos a los de la temporada pasada. El efecto que produjo Zidane en su primera etapa se ha diluido en once partidos de Liga y siete amistosos que mantienen sumido al Real Madrid en la vulgaridad. Florentino Pérez le ha dado plenos poderes para rehacer la plantilla pero sus elecciones ni funcionan ni convencen. La afición ya le mira mal por cargarse a Llorente, Reguilón y Ceballos, tres jugadores que ilusionaban. Tampoco que ningunee a James y que mantenga la base que fracasó la temporada pasada.

MUCHOS ATACANTES Y POCOS CENTROCAMPISTAS

Muchos creen que su empeño en fichar a Pogba le está impidiendo ver las necesidades generales que tiene el equipo. Tiene un grave déficit en el centro del campo y overbooking en ataque. El resultado desde que retomó el equipo es que ha perdido más puntos (29) de los que ha ganado (25). Encaja más goles (32) que marca (30), síntoma de fragilidad y falta de equilibrio. Lo peor es que esa desazón que abraza a la afición blanca contrasta con la desbordante ilusión del vecino, el At. Madrid, al que envidian su acierto en los fichajes y la luz que desprende su fútbol.

Zidane sigue alimentando la depresión que atenaza la afición madridista, que duda seriamente de su capacidad. De un tipo que llegó en plena depresión hace cuatro años, que se encontró a un equipo deprimido pero con hambre. Su presencia elevó la autoestima para ganarlo todo, pero ahora es diferente. Ahora tiene que inventarse un nuevo proyecto y muchos se preguntan si está capacitado para conseguirlo desde su inexperiencia en estas situaciones. Incluso crece el sentimiento de que no se comerá el turrón y temen que el presidente recurra a Mourinho, que sigue sin equipo y al acecho.

LA TÁCTICA AL SERVICIO DEL FUTBOLISTA

Zidane busca soluciones tácticas a la desesperada. Cambia el dibujo para encajar a los jugadores que tiene. Su máxima es la táctica al servicio de los futbolistas, pero no da con la tecla ni con 4-3-3, el 4-1-4-1 o el 4-4-2 que le dio los mejores resultados. Ahora experimenta con el 3-5-2, un sistema que necesita especialistas y mucho trabajo para ser efectivo. Ante el Roma salió con siete defensas y acabó jugando con cuatro delanteros en un ejercicio de desequilibrio.

Ha sido el último partido de pretemporada en el que ha seguido dando palos de ciego a cinco días de empezar la Liga. La debilidad defensiva hace que se tambalee todo el equipo. Jugadores de corte ofensivo que no se sacrifican sin balón. Además, no genera el fútbol suficiente que ate a los rivales y el equipo se le rompe en dos con suma facilidad. La defensa se retrasa demasiado y el ataque no repliega lo suficiente. No consigue juntar el bloque y que se mueva unido en 20-25 metros en ataque o defensa. El desorden aparece ante escasa disciplina de jugar en la línea en la que se mueve el balón, o por detrás, cuando lo tiene el rival.