Zidane se juega el crédito en dos semanas

Zidane: "Un punto siempre es positivo"

 El técnico francés valoró el empate ante el Villarreal para los micrófonos de Movistar / Movistar

Alba López

El segundo proyecto de Zinedine Zidane en el Real Madrid no ha arrancado cómo se esperaba. Era lógico el desasosiego en la hinchada madridista en la recta final de la temporada pasada, ya con el francés en el banquillo. El equipo se había retirado de la carrera por todos los títulos y se trataba sólo de rellenar el expediente. Esta temporada, sin embargo, se le pide más al técnico después de haber invertido más de 300 millones de euros en fichajes con la intención de reverdecer viejos laureles. 

Los empates ante Valladolid y Villarreal en los dos últimos partidos ligueros han disparado las primeras alarmas, pero en los próximos 15 días Zidane se juega todo su crédito en seis partidos clave que podrían marcar el devenir del Real Madrid tanto en la competición doméstica como en Europa. Las pruebas de fuego serán ante el Paris Saint Germain en la Champions League y contra el Atlético en LaLiga, pero por medio esperan otros partidos difíciles como la visita al Sánchez Pizjuán o duelos trampa ante Osasuna y Levante. 

Un calendario de aúpa

El próximo rival del conjunto blanco es el equipo granota dirigido por Paco López, que ya el curso pasado asaltó el Bernabéu (1-2) con goles de Roger Martí y el 'Comandante' Morales. Esa derrota supuso el principio del fin para Julen Lopetegui, quien pocos días después sería destituido tras salir humillado del Camp Nou (5-1) a manos del Barcelona. Es el mensaje que ha tratado de transmitir Zidane a la plantilla estos días: no hay encuentro fácil.

Después de medirse al Levante en LaLiga llegará el estreno en la competición fetiche de los blancos, la Champions League. En el Parque de los Príncipes aguarda el miércoles de la semana que viene un rival de aúpa, el PSG de Neymar y compañía. La buena noticia para los blancos es que el brasileño no estará por sanción y Mbappé Cavani también podrían perderse el duelo por lesión. Ambos futbolistas se encuentran en la recta final de su recuperación y si llegan lo harán muy justos y sin minutos en la mochila. Zidane, a pesar de todo, no se fía un pelo de los franceses, que sin su tridente de gala continúa metiendo miedo en la Ligue 1.

Con tres días apenas de descanso el Real Madrid deberá desplazarse a Sevilla, donde el reencuentro de la plantilla con Lopetegui pondrá el morbo al envite. En el Pizjuán, presumiblemente, debería estar Vinicius, de quien el técnico vasco dijo que le faltaba "cocción" y a buen seguro tendrá ganas de reivindicarse. En el otro lado Reguilón, vilipendiado por Zizou, tratará de hacer lo propio. 

El partido ante Osasuna en la jornada liguera intersemanal (25 de septiembre) podría ser un oasis en el desierto, de no ser porque a renglón seguido el conjunto blanco se mide en el derbi madrileño al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano. A la plantilla todavía escuece el 3-7 encajado este verano en Nueva Jersey en la gira americana. Ese día Zidane defendió a sus jugadores esgrimiendo que todavía estaban en fase de rodaje, pero ahora no valdrán excusas y una derrota podría destapar la caja de los truenos en Concha Espina. 

La última cita del equipo en esta maratón de seis partidos en 17 días será ante el Brujas en la Liga de Campeones, un rival teóricamente asequible y que no debiera poner en apuros a los blancos.

El crédito no es ilimitado

Los resultados cosechados en estas dos semanas dictarán sentencia, pero el crédito de Zidane no es infinito. El francés continúa contando con la confianza de la cúpula del club, pero también lo hacía Lopetegui y cinco derrotas en 33 días ante Sevilla (3-0), CSKA (1-0), Alavés (1-0), Levante (1-2) y Barcelona (51) lo pusieron de patitas en la calle en octubre del año pasado. 

En el club, además, andan con la mosca detrás de la oreja a causa del poco uso que el técnico le está dando a los nuevos fichajes. Es cierto que algunos han padecido lesiones (HazardMendy, etc.), pero no se comprende que la columna vertebral del 'nuevo Madrid' continúe siendo la misma del año pasado. El equipo se sigue partiendo por la mitad y atrás peca de los defectos de siempre. Se buscaba este verano una revolución, pero al final las balas han sido fuegos artificiales.