Zidane fundió a sus jugadores en Sevilla

Jordi Delgado

Jordi Delgado

El entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, parece que ya no cree en las rotaciones, ni en los descansos. Esta temporada tan atípica y apretada permite a los técnicos usar hasta cinco sustituciones en los partidos, a diferencia de los antiguos tres, y en Sevilla, Zidane usó tan solo uno, algo tan extraño como sorprendente.

El francés es de esos técnicos que cuando creen que el equipo necesita una marcha más, coloca a nuevos jugadores, a veces hasta a tres de golpe, pero cuando ve que las cosas funcionan, o parece que funcionen, prefiere no cambiar nada. Y eso fue lo que ocurrió en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Un partido estéril, sin demasiadas emociones, y en el que Zizou consideró que cambiar piezas podría ser perjudicial para su equipo.

Al final, en el feudo sevillista, el francés tan solo movió el banquillo en una ocasión. Fue en el minuto 66, y Rodrygo, que firmó un partido más bien flojo, dejó su banda derecha para Asensio, que tampoco acabó de funcionar y se tuvo que centrar más en defender que en atacar.

Quemados

Los futbolistas del Real Madrid finalizaron el partido fundidos por sus esfuerzos en los noventa minutos.

Zidane había repetido, además, con nueve de los once futbolistas que estuvieron en Donestk, y Asensio, el décimo, jugó parte de la segunda mitad.

Al final, Benzema terminó siendo al que más se le notó el cansancio, pero otros futbolistas como Modric Kroos también tenían caras de circunstancias. Acabaron quemados, y con 180 minutos en sus piernas en una sola semana.

Y aún les queda. El Madrid se la juega en Champions este miércoles ante el Borussia Mönchengladbach. Una derrota les podría sentenciar a la Europa League, y hubiera parecido que ante un partido de estas características, el entrenador hubiera pensado en descansos, pero no fue así.

En el banquillo, preparados para salir, se encontraban Militao, Marcelo, Ordiozola, Odegaard, Isco y Arribas, además de los dos porteros, Lunin y Altube. Ninguno de ellos se vistió de corto, y la mayoría ni calentó.