El Real Madrid se pasea por La Romareda

El Madrid no encuentra rival en La Romareda

El Madrid venció al Zaragoza por 4-0  en un partido cómodo para los de Zinedine Zidane / RFEF

Xavi Canals

Xavi Canals

El Real Madrid alcanzó los cuartos de final de la Copa del Rey con más facilidad de lo previsto. El madrugador gol de Varane le ayudó a controlar un partido que los blanquillos solo le complicaron en fases muy cortas y cuando el marcador ya reflejaba un cómodo 0-2.

122220

Copa del Rey

0
4
Alineaciones
Zaragoza
Ratón; Delmás, Atienza, Grippo, Clemente; James, Eguarás, Soro (Raúl Guti, 73'); Pereira (Álex Blanco 59'), Kagawa y Linares (Luis Suárez, 59').
Real Madrid
Areola; Dani Carvajal, Varane, Sergio Ramos (Nacho, 67'), Marcelo; James Rodríguez, Fede Valverde, Kroos (Brahim, 72'); Lucas Vázquez, Jovic (Benzema, 72') y Vinicius.

Los suplentes de Zidane mostron una marcha más que los de Víctor Fernández, que bajaron los brazos cuando Lucas Vázquez aumentó las diferencias. Tan fácil fue la eliminatoria que hasta Vinicius encontró puerta.

Los locales lo intentaron hasta el final, pero el Real Madrid tuvo una eliminatoria más cómoda de lo que podían pensar. Tanto, que el técnico madridista pudo incluso permitirse el lujo de preservar a su capitán, Sergio Ramos, la última media hora.

El andaluz, por cierto, se fue aplaudiendo al público, en respuesta a la sonora pitada con la que le despidieron. Maneras de hacer de cada uno...

La afición del Zaragoza llenó a reventar La Romareda para crear un ambiente que no se vive desde hace siete temporadas, cuando el conjunto blanquillo descendió por última vez a Segunda División.

Himno a capela y máxima presión... que duró seis minutos, los que Raphael Varane tardó en batir por primera vez a Ratón. A falta de un 'killer' en ataque, el Real Madrid volvió a apelar a la estrategia. Y el central francés apareció en el segundo palo para remachar a placer un centro de Tony Kroos desviado por Vinicius.

Los locales acusaron el golpe y tardaron en reaccionar. Y cuando lo hicieron, se toparon con un Areola empeñado en demostrar que no ha venido al conjunto blanco ha ejercer de figura decorativa. El portero francés sacó una muy buena mano para abortar un duro disparo de Kagawa en el corazón del área.

Fue el único fogonazo en la primera parte de un Zaragoza con la mirada puesta en la trascendental visita del domingo al Carranza, para disputarle al Cádiz una de las dos plazas que otorgan el retorno directo a la máxima categoría.

Víctor Fernández ya hizo toda una declaración de intenciones conformando un once de suplentes. Solo faltaba la puntilla para que el partido se acabara de forma prematura. Y llegó pasada la media hora, cuando Lucas Vázquez transformó un balón interceptado por Kroos en el 0-2.

Un jarro de agua fría para la ilusionada afición blanquilla y un mazazo para sus futbolistas, que destilaron impotencia ante un Real Madrid muy tranquilo y asentado sobre el cesped.

Areola abortó un tímido intento local nada más regresar de los vestuarios saliendo a los pies de Pereira. Un chispazo aislado que dio paso a un absoluto dominio blanco.

El Real Madrid campó a sus anchas sobre el césped de La Romareda con un Fede Valverde dueño y señor del centro del campo y un James Rodriguez muy activo.

Víctor Fernández decidió agitar el partido dando entrada a Luis Suárez, máximo goleador de la Liga Smart Bank con 14 tantos, y Álex Blanco. Su entrada tuvo efecto gaseosa y en la primera acción que conectaron a punto estuvieron de dar un disgusto a Areola.

El Zaragoza empezó a dar síntomas de reacción y el Real Madrid empezó a sufrir. Kagawa tuvo la oportunidad de poner de nuevo a los blanquillos en la eliminatoria, pero su disparo salió demasiado alto.

El empuje local se diluyó enseguida. Y el Real Madrid volvió a la carga. Zidane dio entrada a Brahim por Kroos y a Benzema por un desdibujado Jovic. El serbio sigue sin demostrar por ningún lado ninguno de los 60 millones que el Real Madrid pagó por él.

Benzema solo necesitó seis minutos para hacer lo que Jovic no fue capaz de hacer en 72. El francés anotó el 0-4 después de que Vinicius rompiera su maleficio con el gol y después de que Areola amargara la existencia a Luis Suárez, abortando con el pie un mano a mano con el colombiano.

La grada aceptó la superioridad visitante aplaudiendo el 0-4 y premiando el esfuerzo de los suyos con cánticos. Lo dicho, lo importante es el domingo en Cádiz.