Vinicius, sentenciado por Ancelotti y perdonado por Gil Manzano

Es inevitable no poner en tela de juicio el reclamo que hacía Vinicius, entre lágrimas y totalmente abatido, el pasado mes de marzo durante una convocatoria con la selección brasileña. "Solo quiero jugar al fútbol", pedía el futbolista del Real Madrid tras vivir unos lamentables e inaceptables episodios racistas y que deberían tener el castigo más duro posible. Sin embargo, semana tras semana, se empeña en demostrar que disfruta haciendo algo más que jugando al fútbol.

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Cuando uno ve jugar al brasileño es inevitable pensar en qué pasaría si, realmente, quisiera únicamente jugar al fútbol. De hecho, una de las claves para la final que se está disputando esta noche está en parar a Vinicius, que junto a Mbappé, es el futbolista más peligroso del conjunto blanco. Por desgracia, el '7' del Real Madrid ha arrancado el año más revolucionado de lo que lo acabó.

Vinicius ha arrancado el 2025 'explosivo'

En las últimas semanas, Vinicius ha salido a lío por partido. El brasileño dio la bienvenida al 2025 con una agresión lamentable al portero del Valencia, Stole Dimitrievski, que le costó la roja directa. Inexplicablemente, Soto Grado, en el acta arbitral, argumentó que la acción de Vinicius más una situación de "violencia en el juego" y no una "agresión", y fue castigado con solo dos partidos de sanción.

Tras 28 minutos trascendentales contra la Deportiva Minera (5-0), volvió a la 'carga' contra el Mallorca en la semifinal de la Supercopa de España, disputada el pasado jueves. Protagonizó un eléctrico duelo (como suele ser habitual) con Pablo Maffeo y no tardaron en medirse en varias acciones con balón, cuerpeando constantemente y protestando al colegiado. Ambos jugadores intercambiaron palabras y gestos durante todo el duelo, explotando del todo con el primer gol de Bellingham sobre el verde y después en el terreno de juego.

Aunque Ancelotti trate de protegerlo asegurando que "con Vinicius se desvía el tiro al llamarle provocador”, las imágenes no mienten. Primero, fue cazado por Movistar+ increpando al lateral del Mallorca. Después, Jijantes desveló la actitud desafiante con la que se encaró con los jugadores del equipo balear tras el partido en el túnel de vestuarios.

Vinicius, arrollado por la apisonadora culé

Pese a que el Barça mereció adelantarse en el marcador, Kylian Mbappé marcó su primer gol con la camiseta blanca ante el cuadro catalán para poner el primero para el Real Madrid en el minuto 4 en un contragolpe que lanzó el brasileño, tras una posible falta sobre Marc Casadó. Thibaut Courtois se hizo enorme antes con dos acciones de mérito que mantuvieron el 0-0 en el marcador: primero, ante un gran disparo de Lamine Yamal en el minuto 2; dos minutos después, sacando un cabezazo de Raphinha a bocajarro.

Vinicius, con rabia y chulería a partes iguales, festejó el 1-0 imitando la celebración de Mbappé, cruzando los brazos, en la esquina de la portería culé. Sin embargo, no sabía la que se le venía encima. Desde entonces, poco se vio del atacante brasileño, que no disparó a puerta ni una sola vez en la primera mitad y solo pudo resignarse a ver la clase magistral que el Barça le daba a su equipo en un primer tiempo que finalizó 1-4.

Lamine Yamal se vistió de 'mago' pasados los 20 minutos de partido y tras una jugada 'a lo Messi' superó a Courtois con un pase a la red para empatar el duelo y hacer justicia en Arabia. El VAR tuvo que avisar a Gil Manzano en el minuto 36 para señalar un claro penalti de Eduardo Camavinga sobre Gavi que supuso el 1-2 de Robert Lewandowski. Tres minutos después, Raphinha ponía el 1-3 con un gran cabezazo a centro de Koundé. Balde, en el último minuto de añadido del primer tiempo (45+9') completó el primer acto de la fiesta culé en Arabia con el 1-4 en un contragolpe de libro.

Salvado por Gil Manzano y sustituido en el 75'

El festival continuó en el segundo tiempo: tras un palo de Rodrygo en la primera acción, el Barça reaccionó con la 'manita', obra de Raphinha, que se apuntó su particular 'doblete' con otro gran contragolpe culé. La roja directa de Szczesny en el 60' se transformó en el 2-5 de Rodrygo de falta directa que metió al Madrid en el partido, pero Vinicius fue incapaz de echarse el equipo a la espalda.

Tras perdonarle la segunda amarilla a Camavinga por un claro agarrón sobre Lamine Yamal en el añadido del primer tiempo, Gil Manzano hizo lo propio con Vinicius, amonestado en el 55' por protestar, decidió no enseñarle la segunda amarilla en el 67' por un claro pisotón sobre Koundé.

Más centrado en disputas personales que en ayudar a su equipo, Carlo Ancelotti decidió retirarlo del terreno de juego en el minuto 75 con 2-5 en el marcador y un hombre más sobre el césped, hecho que mantenía con vida a un Madrid que fue incapaz de acercarse más en el marcador.

La realización lo buscó al final del encuentro. Y lo encontró. Lejos del césped, en el banquillo y con cara de pocos amigos. Vinicius estaba viendo los últimos minutos de una goleada que pasará a la historia como el primer título de la 'era Hansi Flick' en Barcelona.