REAL MADRID

Vinicius y Bellingham, las dos grandes decepciones de la Supercopa

El brasileño y el inglés no estuvieron a la altura del encuentro y se vieron arrastrados por la desastrosa actuación del Real Madrid

Ancelotti: ''Es una decepción. No hay que ocultarlo''

Ancelotti habló en los micrófonos de 'Movistar' tras la goleada del Barça al Madrid en la Supercopa de España / Movistar

Kako Alonso

Si hay algo que Ancelotti quería evitar a toda costa en la final de la Supercopa, era que se repitiera lo que se vio en Liga en el último Clásico disputado. Dejar en anécdota el mayúsculo tropiezo de aquella vez era imperativo, pero lejos de ocurrir, se agravó aún más. De entre los señalados, lejos de ser Mbappé uno de ellos, Vinicius y Bellingham no supieron rescatar a su equipo de las garras de un desatado Barça de Flick.

El Real Madrid de Ancelotti se teje desde la autosuficiencia de Vinicius y la capacidad física y técnica de Bellingham para generar peligro. Entre ambos han rescatado más de una vez al conjunto blanco con goles aislados fruto de transiciones o jugadas sin aparentemente peligro inicial. En la final de la Supercopa, Ancelotti necesitaba más que nunca de su contribución en medio del vendaval azulgrana, pero no fue posible, y los líderes del equipo no aparecieron. La expulsión de Szczesny privó a los de Flick de ejecutar una de las mayores goleadas en un Clásico. Quizás hubiera sido el final de Ancelotti ante un resultado tan abultado como el que se preveía antes de la roja.

Ante este escenario, los hombres de Carlo no reaccionaron, más allá del tanto de Rodrygo desde el libre directo. Fue un Real Madrid inerte, sin alma, sin el ímpetu de sus líderes más significativos. Vinicius, en muchos tramos, se dejó llevar por el desastre y ni tan solo apretó en los duelos. Bellingham, más fiel a su gasolina habitual, se encontró persiguiendo un balón que iba demasiado rápido. El brasileño, desnortado, fue sustituido en el minuto 76', y poco antes estuvo muy cerca de ver la cartulina roja (segunda amarilla) por un claro pisotón sobre Koundé. Gil Manzano hizo caso omiso y permitió al Real Madrid sustituirlo y mantener los once hombres en el verde.

No se ponen de acuerdo

Pocos esperaban que el que rindiera o, si más no, apareciera en el encuentro, fuera Mbappé. El galo anotó el primero de los de Ancelotti para abrir la lata e ilusionar al madridismo. En un día en que el ex jugador del PSG se encontró más cómodo, nada acompañó. Ninguno de sus dos socios alimentaron su 'buen día' y todo quedó en otro partido poco destacable del francés. Esta vez, sin embargo, no fue tanto cosa de su hacer, sino de lo que los de su alrededor no fueron capaces de aprovechar. La integración de Mbappé al ecosistema blanco no está siendo para nada sencilla, y el curso que está cosechando el equipo parece no contribuir a que encadene buenas actuaciones.

Pedri y Lamine opacaron

La ausencia de protagonismo de Vinicius y Bellingham no fue únicamente por acción, o mejor dicho, inacción propia, sino también por la fuerte presencia de Pedri y Lamine Yamal, quienes firmaron un encuentro sensacional dotando de control y peligro persistente. Resulta difícil creer que el equipo rival podrá frenar en todo momento lo que ambos causan en el campo, pero lejos de limitarlo, el Real Madrid abrió las compuertas y permitió que se adueñaran del partido. Ni esto provocó que Vinicius y Bellingham se revelaran ante la gigante inferioridad que vivieron en todo momento. Sin dudas, fueron las dos decepciones del equipo ampliamente superado en la final.