Vetusta Morla: “El Real Madrid es puro ‘rock and roll’ y puro zen al mismo tiempo”

Guille Galván, letrista y guitarrista de la banda, explica su estrecho vínculo con el fútbol

Vetusta Morla ha empezado su gira en España del disco 'Cable a tierra', su sexto trabajo de estudio

Guille Galván, letrista y guitarrista de Vetusta Morla

Guille Galván, letrista y guitarrista de Vetusta Morla / Jerónimo Álvarez

Laia Cervelló

Laia Cervelló

Guille Galván es letrista y guitarrista de la banda de rock española Vetusta Morla. A finales de 2021 sacaron su sexto disco, ‘Cable a tierra’ y ahora presentan su gira española que vivirá su gran colofón el 24 de junio en el Wanda Metropolitano.

¿Qué significa ‘Cable a tierra’ en vuestra carrera?

Es un disco que sin ser hijo o hablar directamente de la Pandemia, sí que tiene mucho que ver con ella. Es una colección de canciones que yo creo que son compuestas desde la fragilidad que sentimos en todos esos meses, que se sumó a todo lo que sucedió en Madrid con la Filomena, cuando parecía que se caía todo, los árboles y la ciudad. Aquello, unido al año y pico que llevábamos, hacía que estuviera muy latente esa sensación que la gente tiene en otros países o continentes de ser frágil, a expensas de que te borre un terremoto o una lluvia torrencial. Aquí en Europa parece que eso va por otro lado y que nunca nos tocaba, y de repente nos sentimos así. Ahí empezamos a componer canciones que tienen que ver con eso y que poco a poco se fueron vistiendo con una instrumentación que tenía más que ver con músicas populares. Algo que tenía que ver con haber estado encerrados en casa y poder utilizar instrumentos que a lo mejor no tenían que ver con el rock. A partir de ahí fuimos armando una colección de canciones que nos parecieron que tenían sentido en sí mismas, que tenían ese punto de cantable, de popular.

Decíais en una entrevista que lo que buscabais con este disco era trascender. ¿Sentís que quizás haber hablado en las canciones de una Pandemia hubiera sido algo más efímero?

Por eso no es un disco que hable de la Pandemia. Indirectamente, en él hay mil cosas que han surgido durante ella pero bastante tenemos con haber superado esto como para encima hacer un disco que te vuelva a llevar a los meses de confinamiento. Todo lo contrario, lo que pensábamos es que justo hay una cosa muy bonita que tienen en general las canciones populares y es que son puentes que pasan generaciones. Esto, quizás, es lo más bonito de a lo que aspiramos cualquier artista que haga música: Tener trascendencia, no a nivel comercial, sino en el sentido de pasar de boca a boca y hacer esas canciones que la gente no recuerda bien quién las ha escrito pero que forman parte de tu vida.

En estos últimos dos años si un tema ha salido en el debate público es el de la salud mental. Con el título de ‘Cable a tierra’ y el hecho de que sea el disco que habéis hecho con más folklore español ¿era una forma de, en tiempos en que la identidad se ha fragilizado, recordar las raíces?

Una de las preguntas que nos hacíamos era si nosotros teníamos folklore. Nos hemos dado cuenta de que nuestro folklore es vivencial, no local. Cuando el folklore es local y se basa en el terruño y en lo identitario, al final acaba siendo un folklore contra el otro. Yo creo que precisamente tiene que ser lo contrario, tiene que ser signo de identidad pero para ser compartida. Hemos intentado hacer un disco de preguntarnos qué pasa si unimos un ritmo argentino con otro de Méjico o unas pandereteiras gallegas. Creo que no es un disco folklórico, es un disco que parte de esa fragilidad que tiene mucho que ver con lo que se ha hablado de la salud mental. Hay una canción que se llama ‘Si te quiebras’ que tiene mucho que ver con todo esto, de la necesidad de protegernos los unos a los otros como comunidad y en lo mental.

En tiempos de Spotify seguís sacando discos que, además, tienen aquel aliciente de ser más que un disco, con una estética muy cuidada e ilustraciones preciosas.

Lo hemos hecho desde siempre. Hemos sido compradores de discos y melómanos, de ir a las tiendas y llevarnos a casa un objeto bonito que nos haga pasar un buen rato no sólo escuchándolo, sino descifrando, tocando y leyendo lo que había en ello. Siempre lo hemos hecho, incluso en las primeras maquetas de ‘Un día en el mundo’. Quizás ahora con razón de más. Cuando la música se consume sobre todo en digital, si te vas a comprar un disco que te sirva para ser una prolongación artística de lo que quieres contar.

Entrando ya en materia, dijiste en una entrevista que eras del Real Madrid pero no madridista. Explícate.

(ríe) Leído así es bastante contradictorio. No recuerdo cuál era el contexto pero supongo que era algo relacionado con ciertos valores que se le atribuyen a cada equipo. Me gusta el Real Madrid desde niño pero sería para decir que no compartía del todo esa literatura alrededor de muchas cosas del club. Fui madridista por llevar la contraria en casa, porque mi padre era del Atlético. Me crié en una época de bonanza, de la Quinta del Buitre y todos mis amigos eran del Real Madrid, y me hice del Madrid.

¿Qué tipo de hincha eres?

He ido al estadio pocas veces, no he tenido costumbre desde niño. Los finales de los 80 en el fútbol español eran un poco complicados. Era la época de los 'Ultras Sur', había vengalas, cierta violencia. Supongo que mi padre no vería el ir con el niño al estadio el mejor plan, y más siendo él del Atleti. La primera vez que fui tendría once años. Recuerdo que fue un Madrid – Spartak de Moscú, perdimos y nos eliminaron de la Copa de Europa. Soy bastante de ver partidos en casa y me gusta verlos solo. Me pone nervioso ver el fútbol en bares porque con tanta gente me despisto.

¿Con qué Madrid has disfrutado más?

Este año me lo estoy pasando pipa. Está siendo un año que pocos esperaban. Era un año de transición, con gente muy joven y gente mayor, pero que nos está dando unos momentos increíbles. Uno siempre se acuerda del equipo que le hizo hacerse de un club y yo recuerdo mucho la Quinta. Un equipo muy asociado a mi infancia prolongada. Luego ha habido etapas. El Madrid de Zidane creo que era completamente anárquico pero maravilloso. El segundo año de Capello, que no jugó especialmente bien pero tuvo un final de Liga tremendo, remontando y ganando los partidos a última hora. Fue una Liga muy divertida.

Este año dices que te lo estás pasando muy bien. Si te refieres a la Champions intuyo que te gusta sufrir.

Me gustaría no sufrir pero no nos queda otra. Está siendo una Champions muy entretenida independientemente del Madrid.

Como madridista, ¿la épica del Madrid se ama o se odia?

El Madrid es un equipo que es puro ‘rock and roll’ y puro zen al mismo tiempo. Es el aquí y ahora en todo momento. Todo lo demás da igual, lo que cuenta es el minuto que se está jugando. Es una especie de acelerador cuántico cuando llega el minuto 90 que hace que los rivales colapsen. Pasan cosas extraordinarias que no tienen mucha explicación más que verlas y vivirlas. Se sufre mucho, ojalá empezar ganando todos los partidos. Pero sería menos divertido.

Fraguasteis el grupo compartiendo equipo de fútbol en Tres Cantos.

Somos seis y tres de nosotros, David, Jorge y yo, jugábamos a fútbol juntos en Tres Cantos. Nos gusta el fútbol a todos de la misma manera pero sí que lo intentamos seguir. David jugaba de lateral izquierdo, Jorge de lateral derecho y yo de media punta. Yo jugué a fútbol desde muy pequeño, desde los 5 o 6 años ya jugaba a fútbol sala.

Sigues jugando, si no me equivoco.

Bueno, si se le puede decir jugar… (ríe) Estoy en la típica liguilla de barrio jugando, o arrastrándome, las semanas que puedo. La verdad es que me lo paso muy bien.

Me han dicho que de pequeño jugaste contra Iker Casillas.

En cadetes. De hecho le metí un gol. Lo recordé luego porque tengo el partido grabado y me acordaba por eso, porque le reconocí cuando lo subieron al primer equipo. No sé si él estaba en el Cadete B y yo en el Cadete A. Él es del 81 y yo del 80 y coincidimos un año.

Juegas y escribes trimestralmente sobre fútbol en la revista Líbero. ¿Eres el más futbolero de la banda?

Quizás sí, pero Álvaro ha sido socio del Madrid muchos años y creo que sigue siéndolo y yendo al campo. Yo no tengo la costumbre de ir al estadio pero me gusta jugar.

Tocáis en el Wanda este año. ¿Tiene algo distinto girar en estadios?

El concierto de la Caja Mágica iba a ser en el Vicente Calderón, pero por fechas y derribos no lo pudimos hacer. Hemos tenido la ocasión de tocar en varios estadios grandes, aunque nunca tanto como el Wanda. Lo importante es que esté todo apretadito y puedas dar un buen show. Hemos hecho conciertos muy grandes en Latinoamérica y la sensación es muy rara porque no ves el final y no sabes hacia dónde dirigirte. Los estadios son un lugar dedicado a las grandes emociones, en todos los sentidos. Al estallido. Sea por música o por un partido. Los estadios vacíos son de las cosas más descontextualizadas que existen. Es una especie de proyección, un lugar en potencia. No ves lo que existe sino lo que ha pasado o lo que podría pasar. Es un tiempo detenido en el que la gente piensa en la historia o en el próximo partido. A nosotros nos pasa un poco igual. Cuando vamos al Wanda visitando para hacer unas entrevistas, te proyectas y te sitúas a dónde te vas a colocar. Son lugares especiales.

Entre concierto y concierto has escrito algunos poemarios. ¿Crees que el fútbol es una inspiración para escribir o componer?

Los que hemos tenido una relación tan estrecha con el fútbol, lo utilizamos como una puerta permanente a la infancia. El fútbol es como un caramelo que puedes chuperretear cuando quieras y guardarlo en el bolsillo cuando te dé la gana. Creo que tiene que ver con lo que hablábamos del folklore. Pienso en el fútbol y me conecto a mi padre, abuelo, mis hijos. Es un puente, de túnel en el tiempo donde todo lo demás es un poco accesorio. Es lo bonito del fútbol. Es esa gente que puede contar las cosas bonitas de la vida. Muchos hemos tenido en el fútbol el vehículo de comunicación familiar más sencillo y eficaz que puede haber. Se puede hacer literatura y adornarlo. Estamos en un momento en el que el periodismo deportivo le ha abierto la puerta al relato más subjetivo y no expresamente periodístico más antiguo. Es una fábrica de contar historias excepcional.

El 21 de mayo estaréis en Barcelona. ¿Cómo ha sido recuperar giras con normalidad?

Una gozada. El año pasado pudimos hacer algún concierto con ciertas limitaciones. Este año hemos arrancado en Europa y Latinoamérica, y ahora empezamos en Valencia con todo el show y con sorpresas. Hemos creado una especie de orquestra residente basada en instrumentos tradicionales que nos va a acompañar. Estamos con muchas ganas de salir y compartirlo con la gente.

Tocáis en el fin de semana de la última jornada de Liga y el Barça juega en el Camp Nou contra el Villarreal. ¿Vas a ir?

Si me invita el Barça, estaré encantado. Independientemente de los equipos, tengo la suerte de haber estado en muchos estadios y para mí es un súper placer ver más estadios.