El último dolor de cabeza del Real Madrid con Bale

Gareth Bale se ha convertido en un problema para el Real Madrid. A su elevada ficha -31,2 millones netos por temporada- y su negativa a aceptar un traspaso para apurar el año de contrato que le queda y poder salir el próximo verano con la carta de libertad bajo el brazo se suman los efectos del ‘Brexit’, que convierten al galés en futbolista extracomunitario.

La actual reglamentación solo permite inscribir a tres jugadores de esta condición y con el galés, el vestuario blanco aglutina a cuatro: los brasileños Vinicius, Rodrygo y Militao y el propio Bale. Eso sin contar al japonés Take Kubo y el también brasileño Reinier, a los que el club tiene previsto ceder. Así que la continuidad del galés, a la que se aferra de manera inamovible, acabará provocando el enésimo quebradero de cabeza al club blanco.

El pasado 31 de diciembre del 2020, después de que se hiciera efectivo el ‘Brexit’, LaLiga, la RFEF y la AFE anunciaron un acuerdo por el que los futbolistas británicos que tuvieran contrato en vigor mantendrían su condición de comunitarios hasta final de temporada, pero pasarían a ocupar plaza de extracomunitarios con el inicio del nuevo curso 2021-2022.

 Salvo un nuevo acuerdo para extender el período de transición a los futbolistas que hubieran firmado antes del ‘Brexit’ -como es el caso de Bale-, el Real Madrid deberá buscar una solución a este nuevo problema que se le plantea.

El club blanco esperaba tener resuelto este asunto con la nacionalización de Vinicius, pero la pandemia por COVID 19 ha retrasado los trámites para que el delantero brasileño pueda adquirir la doble nacionalidad.

Así las cosas, la dirección deportiva del Real Madrid se está replanteando con Bale la vía de una nueva cesión, una opción que inicialmente había descartado para intentar hacer caja con el galés antes de que su contrato expire.