Todas las dudas de Florentino Pérez

Ahora mismo en la planta noble del Real Madrid son un mar de dudas. Ni la victoria anoche en Roma les hace cambiar de opinión respecto a la situación tanto en el presente más inmediato y, lo que es peor aún, en cuanto al futuro de la Casa Blanca. En lo que al presente respecta son los primeros que asumen que lograr un título esta temporada es casi una quimera. Es más, están convencidos, y así lo expresan importantes directivos de la casa, que les va a  tocar sufrir mucho.

Lo acontecido en Ipurua les ha servido para acabar de confirmar el peor augurio posible. No es un problema del entrenador sino de la plantilla lo que explica la situación del equipo en Liga y su irregularidad desde que arrancó la temporada. Los jugadores reflejan un claro hastío, desgaste resultado del empacho de éxito que obliga a una urgente renovación de la plantilla. Solo así podría empezar a solucionarse la actual situación a la que se enfrenta Solari.

Ni ellos mismos saben lo que podrá durar en el cargo. La intención es que el máximo posible, más cuando ya se han dado cuenta que el problema no radica en el técnico. Algunos jugadores ya han acabado con el crédito que le habían dado y están señalados para el futuro. Entre ellos y en primera fila está el galés Gareth Bale pese a su gol anoche en el Olímpico de Roma. Pese a ser su quinto gol en la Liga de Campeones, en la liga no marca desde el pasado 1 de septiembre.

DOS ENTRENADORES de estilo diferente

El problema estriba en que para construir el futuro deben hacerlo desde la base del entrenador. Y no hay consenso alguno dentro del club sobre cual es la opción más idónea. Hay quienes apuestan por Mauricio Pochetino, objetivo este pasado verano, y actual técnico del Tottenham. Pero el argentino no acaba de contentar a todos. No hay unanimidad total porque a quienes le ven como un entrenador de mano blanda y parece que ahora mismo tienen claro que es algo que no quieren en el Real Madrid. 

De ahí que aquí se abre otra variante que ya se lleva manejando desde que Lopetegui estaba sentenciado, y no es que Jose otro Mourinho. Florentino Pérez, presidente Del Real Madrid, está convencido que esta plantilla exige un entrenador con mano dura y el portugués es su candidato ideal. Pero aquí lógicamente está todo lo acontecido en su anterior etapa, el estado de guerra civil que creó dentro del madridismo. 

Y claro, hasta que no sepan quien puede ser el técnico que se haga cargo del club el próximo mes de julio, no pueden tener una idea clara de qué tipo de plantilla o que fichajes realizar para la actual plantilla. Lo que es seguro es que son conscientes que lograr algo esta temporada sería un éxito. Esta plantilla está amortizada. 

Isco, un nuevo problema

Y luego está el asunto Isco. La actual situación del malagueño en el Real Madrid se explica única y exclusivamente en su evidente y palpable baja forma desde que regresó tras su operación de apendicitis. Si algo tiene el malagueño, al igual que sucede con Marcelo, es que cuando no están en forma queda evidenciado a ojos de todo el mundo. Algo que no pasa desapercibido dentro del propio vestuario donde hay compañeros que prefieren incluso no pasarle el balón porque sólo sirve para ralentizar el juego.

Ahora ya no cuenta con el paraguas protector que el malagueño tenía en el vestuario con Julen Lopetegui como entrenador.  A esto debemos sumar que desde la planta noble no gusta nada la actitud del malagueño además de sus compañías fuera del terreno de juego.