El Kashima le saca los colores al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

El Real Madrid sumó su segundo Mundial de Clubes, el quinto teniendo en cuenta la Copa Intercontinental, al imponerse por 4-2 al modesto Kashima Antlers que impulsado por la ilusión no solo plantó cara, sino que pudo ganar.

La historia y las estadísticas dirán que el equipo de Zifane se impuso con un hat trick de Cristiano Ronaldo, y no mentirán. Pero los que vieron el partido saben que como colectivo e individualmente, CR7 y sus compañeros jugaron un partido lamentable, salvado in extremis por su enorme superioridad técnica.

RECUERDA CUANDO...

Un año atrás, cuando el FC Barcelona se impuso por 3-0 a River Plate en la final del Mundial 2015, algunos ridiculizaron la gesta de golear a un club ganador de una Intercontinental (1986) y poseedor de 3 Copas Libertadores, entre otros muchos títulos nacionales e internacionales.

Esos mismos se apresuraron a poner en valor el éxito del Real Madrid en la semifinal frente al América (2-0) en esta edición de 2016 y, a buen seguro, se sonrojaron cuando en la gran final frente al Kashima Antlers, un equipo que tendría problemas para ser invitado para el Trofeo Santiago Bernabéu, fue capaz de plantar cara al conjunto de Zinedine Zidane igualando poco antes del descanso el marcador.

¡BANZAI!

La realidad es que fue el modesto conjunto nipón el que se encargó de poner en valor el Mundial de Clubes 2016 plantando cara a un prepotente Real Madrid que marcó y se puso a sestear.

Zinedine Zidane, deseoso de convertirse en el primero en ganar el título como jugador y como entrenador, intentó dar la máxima seriedad a la contienda. Puso el que pensaba era mejor equipo posible, sin Isco pero con Sergio Ramos que se recuperó a tiempo para el partido.

Sin embargo, sus futbolistas no estuvieron a la altura de las circunstancias en el primer tiempo. En el minuto 8 llegaba el 1-0. Karim Benzema se aprovechaba de un mal rechace del portero Sogahata a un disparo lejano de Modric y empujaba el balón a la red con la bota derecha.  

A DORMIR

El Real Madrid se entregó entonces a una peligrosa siesta que le costó muy cara. Poco se puede hablar de fútbol del conjunto merengue, perdido en las egoístas acciones individuales de Cristiano Ronaldo, sin atender a los intentos de Modric para ordenar el juego y alarmantemente relajado en las labores de presión y defensa.

El premio para los esforzados japoneses sería el primer gol de Shibasaki, estableciendo el 1-1 en el minuto 44. Tras la enésima pérdida de balón del Real en el centro del campo, Shoma Doi centró al área, Shibasaki hizo un control largo, Varane, adormilado, no despejó y el capitán nipón cruzó un disparo que sorprendió a Navas.

MÁS DE LO MISMO

Es de suponer la bronca de Zidane durante el descanso, pero no sirvió para que Cristiano y sus compañeros despertaran de golpe. Al contrario,el Kashima seguía decidido a hacer historia y Shibasaki lograba el 1-2 (52').

La acción fue muy similar al gol anterior. Mal despeje de Sergio Ramos, recuperación de Shibasaki ante los indolentes Lucas Vázquez, Carvajal y Varane, y zurzado raso y ajustado al palo esta vez, al que no llegó Navas.   

¿LA ÉPICA DEL MADRID?

La superioridad técnica y táctica del Real Madrid sobre el Kashima es tan grande que de nuevo se impuso pese a la relajación y la falta de fútbol asociativo.

Así, en una acción de Lucas Vázquez llegó el penalti de Yamamoto que permitió a Cristiano Ronaldo conseguir el 2-2 (60'). El portugués podrá decir que volvió a 'mojar' en una final, pero su partido volvió a ser muy pobre.

El portugués desesperó a sus compañeros, especialmente a Benzema, por su individualismo; y desaprovechó varias ocasiones claras. Zidane no se atrevió a cambiarlo y en cambio sacrificó a Vázquez, uno de los más enchufados junto a Benzema.

¡LA TIENE... EL KASHIMA!

En medio de los fogonazos de CR7, Benzema obligó a sacar una sensacional mano a Sogahata (73') y Sergio Ramos remató de cabeza alto (80'). Pero la sensación de ridículo madridista flotaba en el ambiente del estadio Internacional de Yokohama.

La recta final del segundo tiempo fue de ida y vuelta, pero con el Real embotellado y con el Kashima Antlers generando dos claras ocasiones por medio de Fabricio (87') y Endo (88') que Navas envió a córner y con el árbitro perdonando la segunda tarjeta amarilla a Sergio Ramos en el minuto 90 por derribar a Kanazaki. 

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A LA PRÓRROGA

El Kashima, con su declaración de amor al deporte y en especial al fútbol -ni una patada, ni una pérdida de tiempo, tampoco un cerrojazo vergonzante- forzó la prórroga frente al todopoderoso Real Madrid al que le entró un vértigo terrible en el arranque del tiempo extra.

Fabricio incordió a la adelantada defensa madridista y provocó un contragolpe que finalizó en córner cuando armaba el disparo. Pero el Real Madrid consiguió imponer su calidad en una acción aislada protagonizada por Benzema y Ronaldo.

Benzema enviaba un balón profundo entre líneas para Cristiano, que se coló entre los centrales para remachar a la red el 3-2 (97')

Al Kashima todavía le quedó orgullo y talento para forzar de nuevo la sorpresa: Shoji envió un cabezazo al larguero (101') que hubiera igualado la contienda.

la puntilla

Sin embargo, en el minuto 104, Cristiano Ronaldo interceptó un mal disparo de Toni Kroos para artillar el balón y establecer el 4-2.

Zidane dio relevo al portugués por Álvaro Morata en el minuto 112 y el canterano tuvo el quinto pero Shoji sacó el esférico bajo palos.

De esta forma, con muchos goles, poca épica y menos fútbol, el Real Madrid cumplió con la lógica y se proclamó campeón del mundo de clubes por quinta ocasión en su historia.

Un título, que juegue quien juegue y lo gane quien lo gane, corona al mejor equipo del año a nivel mundial y merece ser respetadoTambién en el terreno de juego por los futbolistas, aunque sean conscientes de que pueden ganar sin despeinarse.