El VAR se salta unas manos de Sergio Ramos

El Real Madrid y el VAR ganan al Eibar

Xavi Canals

El Real Madrid encadenó en Eibar (1-3) la cuarta victoria en LaLiga Santander desde que las derrotas ante el Alavés y el Shakhtar dejaran a Zinedine Zidane al borde de la destitución.

El conjunto blanco sacó partido a un inicio de partido fulgurante en el que Karim Benzema anotó su quinto gol en los últimos cuatro partidos y dio una asistencia a Luka Modric.

Y a una ayudita, la enésima, del VAR, que no quiso ver unas manos clamorosas de Sergio Ramos en la recta final tras un cabezazo con el que Muto intentaba meter el balón al área. Curiosamente, el 'empujoncito' desde la sala VOR llegó horas después de las quejas de Florentino Pérez.

El Real Madrid empezó en modo apisonadora, jugando con trece. Y esta vez no me refiero al árbitro y al VAR. Modric estuvo omnipresente, aceptando el reto que plantea el Eibar con su presión por todo el campo. Y Benzema estuvo clarividente para explotar los espacios que el conjunto armero deja entre la defensa y su portero, Marko Dmitrovic.

El croata estaba tanto metido entre los centrales, como rematando dentro del área, como en el 0-2 que le sirvió Benzema tras un balón recuperado por Lucas Vázquez. El francés dio toda una lección de lo que es leer el juego. Y lo hizo a una velocidad endiablada, como en el control y el remate a bote pronto, tras un pase en profundidad de Rodrygo, con el que hizo subir el 0-1 al marcador. 

Total, que el conjunto de Zidane se puso con dos goles de ventaja visto y no visto y con la sensación de que íbamos a vivir una goleada histórica, más teniendo en cuenta las siete bajas con las que el conjunto de José Luis Mendilibar afrontaba el encuentro.

Golazo de Kike García

Pero entonces apareció Kike García para enarbolar la bandera negra que desde tiempos de los almogàvers significa que no hay rendición. El delantero armero soltó una extraordianria parábola a la escuadra, inalcanzable para Thibaut Courtois, tras una recuperación que volvió a meter al Eibar en el partido.

El mensaje estaba enviado. Los azulgrana iban a presionar mientras les quedara aliento y al Madrid le entraron las dudas, hasta que asumieron que tenían que ir al intercambio de golpes.

Bryan Gil respondía a cada aparición de Benzema, que vio cómo le anulaban el 1-3 tras otro primoroso control, esta vez a pase lanzado por Toni Kroos. Y las salidas claras del Real Madrid, aunque peligrosas, empezaban a ser cada vez más espaciadas.

La presión del Eibar, por insistencia y fe, empezaba a dar sus frutos. Con un Madrid cada vez mas estrenado y con Modric desconectado, el peligro ya rondaba más sobre el área de Courtois que de Dmitrovic.

Un Eibar fundido y sin recambios

Claro, que el nivel de estrés blanco fue subiendo al mismo nivel que el cansancio armero. Y eso fue el gran aliado de un Real Madrid que aprovechó para retomar el mando del partido. Eso y la escaso 'punch' de un Muto que desperdició dos buenas ocasiones para reestablecer la igualdad.

Tocaba poner piezas de refresco y ahí Zidane contaba con más efectivos que Mendilibar. Y se notó. Fede Valverde y Marco Asensio ayudaron a Kroos, que había tomado el testigo de Modric, a poner una marcha más. Dmitrovic, que ya había tenido que resolver un mano a mano ante Rodrygo, vio cómo Asensio le enviaba un saque de falta rozando la cruceta.

Pero el gol no llegaba y el VAR tuvo que echar una mano, tapándose los ojos a un balón que impactó en el codo de Sergio Ramos dentro del área. El capitán evitó el empate de Bigas minutos después y Lucas Vazquez acabó con el sufrimiento en el descuento anotando el 1-3 en una contra.