Madrid: Tiovivo o final ante el Huesca

Zidane: "Es una final"

Zidane: "Es una final" / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Las polémicas palabras de Benzema contra Vinicius han eclipsado la importancia del partido del Real Madrid ante el Huesca. En condiciones normales, los blancos despacharían sin demasiados problemas al equipo oscense, pero este Madrid de tiovivo es capaz de marcarse otro primer tiempo de bostezo para acabar como ante el Cádiz, roto y humillado, sin acordarse si quiera de que ganaron el clásico con un partido más que decente.

A eso se agarra el cuadro azulgrana, a sus fortalezas y a que el equipo de Zidane se estrelle contra sí mismo por su falta de pegada y su estilo de juego rácano y horizontal.

Este Madrid es capaz de todo, de lo mejor y de lo peor. De ganar siete partidos seguidos en su casa provisional del Di Stéfano y perder dos en cuestión de tres días ante contrarios inferiores. Es el Madrid de Zidane, el del juego intrascendente que, como diría Maradona, sería fantástico si hubiese porterías en las bandas. 

Competitivos Zidane, que de esto sabe un rato, tan empático como positivo, calificó ayer el partido ante el Huesca de “final”. Una final en la octava jornada de Liga ante un rival que ocupa la décima octava posición en la clasificación.

Michel, técnico del equipo aragonés, sí podría agarrarse a eso por la necesidad que tienen de puntuar para salir del pozo, pero no lo hace consciente de que sus opciones pasan por las que se dejen en sus taquillas los jugadores madridistas y de que les dejen hacer el trabajo en lo que son más fuertes. 

“El Huesca ha puntuado en cinco jornadas y eso le hace peligroso. En España no hay equipos pequeños”, apuntó ayer Zizou, cuando pudo decir que son sus jugadores los que hacen grandes a los rivales inferiores con sus malos partidos, pero prefiere dar un rodeo para sentenciar que “todos los equipos son muy competitivos y fuertes, esta Liga es espectacular”. “Es claramente una final, y eso es lo que queremos meter en nuestra cabeza. Son tres puntos importantísimos”, insiste.

Elegir once El técnico madridista tiene un quebradero de cabeza ante sí, elegir un once que se crea de verdad que juegan una final y que aparte de su cabeza que tres días después reciben al Inter en la Champions.

No existe pensar en el martes. Es mañana (por hoy) y punto. Tenemos que darlo todo en el campo. Tenemos una final”. Un mensaje al vestuario, a todos, a titulares y suplentes porque hoy tendrá que mezclarlos con rotaciones que no le han funcionado ante el Cádiz y el Shakhtar, y que le obligaron a exprimir a los titulares ante el Barça y el Gladbach. 

Desgaste Zidane tiene donde elegir. Ha recuperado a Hazard y a Mariano para fortalecer el ataque, pero los problemas de desgaste aparecen en el eje de la defensa y en la medular Varane, Ramos, Casemiro y Valverde lo han jugado casi todo, incluidos los partidos con sus selecciones. Benzema también, pero el veto con su selección le da un resuello.

Las rotaciones tienen que ir por ahí, por dar descanso a alguno de ellos y no fallar en el intento de encontrar sustitutos que respondan a las necesidades del equipo.

Otra cosa es saber en qué se queda lo de Vinicius. Titular en cuatro de los cinco últimos partidos, pero víctima de las quejas del jefe Benzema que no le quiere a su lado. Veremos si juega, si prefiere a Hazard para disimular el veto o si prefiere dar otra oportunidad a Rodrygo o Jovic. 

Michel tiene las bajas de Ozaki, Pedro López, Valera y Mikel Rico. La duda es si cambia su habitual 4-3-3 por el 4-2-3-1. El once que sacará es reconocible, competitivo y ambicioso. “Mi máxima preocupación es cómo seamos capaz de afrontar el partido, que seamos fuertes haciendo lo que nosotros sabemos”, apuntó el técnico, que quiere que su equipo sea un bloque.