El Real Madrid echa de menos al mejor Benzema

El francés está lejos de su mejor versión como se pudo ver ante el Barcelona, donde Vinicius tuvo que asumir él solo el peso ofensivo

Su jerarquía no luce como debiera por sus limitaciones físicas lastrado por las lesiones, no hace el daño que se espera de sus acciones

Benzema no está al nivel de la temporada pasada

Benzema no está al nivel de la temporada pasada / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Si el Real Madrid echa de menos algo es un delantero centro rompedor. Es el debate que persigue al equipo desde que Karim Benzema empezó a lesionarse por el mes de septiembre. El francés entra y sale del equipo sin llegar a tener la continuidad que necesita para adquirir el ritmo deseado y desplegar su mejor versión. Ocho lesiones desde que empezó el curso son muchas para un jugador de 35 años, que ha puesto en boga un nuevo término a la medicina deportiva, fatiga muscular para explicar el porqué de sus problemas físicos.

Benzema disfraza su temporada con goles, porque el francés sigue siendo productivo, pero no al ritmo de la temporada pasada, en la que fue el faro que marcaba diferencias para arribar en las redes de los equipos rivales. Era la guinda de un equipo que se movía entorno a sus movimientos y a su pegada. Ahora su resistencia física es limitada y eso merma su creatividad a la vez que le hace previsibles e impreciso tanto en las conexiones con sus compañeros como en la finalización de las jugadas.

SU PRODUCCIÓN GOLEADORA SE DESMORONA

Ha marcado 19 goles en 29 partidos jugados de los 43 de su equipo. El año pasado a estas alturas de la temporada llevaba en su cuenta 33 goles en 35 partidos disputados. Su producción goleadora se desmorona, pero más que eso el equipo echa de menos su fútbol, su precisión y su energía. Eso lleva a Vinicius a vivir momentos de soledad como ante el Barcelona. Karim apenas se entrenó en vísperas del partido por un golpe, pero acabó jugando otra vez mermado. Esas limitaciones del francés llevaron al brasileño a asumir el peso ofensivo hasta que Ancelotti decidió a rodearlo de otros delanteros como Rodrygo y Asensio.

 Ancelotti confía ciegamente en el francés y no busca soluciones pese a las lagunas goleadores que asolan algunas de sus actuaciones. Y si una de ellas es dejar en el banquillo al francés, tendrá que asumirlo por bien del equipo y del propio jugador. Su jerarquía no luce como debiera por sus limitaciones físicas lastrado por esa batería constante de lesiones. El capitán no hace el daño que se espera de sus acciones por la falta de constancia al carecer de es punto de actividad que te da la continuidad. Benzema empieza a entender lo duro que es el fútbol cuando con 35 años uno no se recupera como antes.