El Real Madrid, desquiciado con el VAR y los árbitros

Sergio Ramos protestando a Undiano Mallenco en el partido ante el Girona

Sergio Ramos protestando a Undiano Mallenco en el partido ante el Girona / EFE

Alejandro Alcázar

El VAR es todo un enemigo del Real Madrid. Tanto directiva, jugadores y afición están quejándose del sistema de videoarbitraje durante las últimas jornadas, especialmente después del polémico penalti no pitado de Rulli sobre Vinicius, en el partido que terminó con victoria de la Real Sociedad por 0-2.

Desde entonces, el madridismo ve fantasmas en todas partes, y la presión a los árbitros se ha convertido en una costumbre. Durante el partido del pasado jueves ante el Girona, los jugadores y el Santiago Bernabéu no perdonaron ni un error al colegiado, Undiano Mallenco. Pese a no ser el mejor partido del navarro, sus decisiones no tuvieron incidencia alguna en el marcador final.

La acción más polémica del encuentro fue un supuesto penalti sobre Modric en el minuto 38 de encuentro. Tras no pitar nada, el VAR revisó la jugada pero no intervino, dando la razón a Undiano Mallenco. Tras la acción, el Bernabéu coreó "¡qué malo eres, Undiano qué malo eres!", igual que en el anterior partido contra el Sevilla, pero con Mateu Lahoz como protagonista.

Además, también se oyó la famosa frase de "¡todo OK, José Luis!", en referencia a lo que dijo el VAR a Munuero Montero por el penalti no pitado a Vinicius.

No solo fue en esta acción, sino que en el cómputo general del encuentro, se vio a un equipo mucho más protestón de lo habitual, algo que al equipo blanco no se le veía desde hace mucho tiempo.

Desde el club niegan campañas contra el VAR

Tras las declaraciones de Jaume Roures, que declaró que después del penalti de Vinicius "empieza la campaña orquestada en los medios de Florentino", el Real Madrid ha mostrado su enfado con el administrador único de Mediapro, negando cualquier campaña de acoso y derribo sobre el responsable del VAR, Clos Gómez.

Desde el club han exigido que el reglamento se aplique a todos los equipos por igual, y que, en ningún caso, haya "discrecionalidad" arbitral.