Real Madrid y Borussia Dortmund juegan un duelo a la baja

Real Madrid y Borussia Dortmund se miden en el Bernabéu

Real Madrid y Borussia Dortmund se miden en el Bernabéu / MARC CREUS

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Real Madrid y el Borussia se las prometían cuando el bombo les emparejó en este grupo H de la Liga de Campeones. El calendario les reservó el último partido para jugarse el primer puesto del grupo. Pero las puntuaciones del ranking UEFA a veces saltan por los aires cuando los equipos no funcionan y su juego se desploma. Y, además, aparece un tercer invitado, el Tottenham, que les ha pasado por encima aprovechándose de esa inesperada debilidad.

Se trata de un partido que era mucho más atractivo en agosto que ahora. Pocos esperaban que llegasen así. Y es que si el Real Madrid no está bien, por ver el vaso medio lleno, el Borussia Dortmund está peor. Su fase ha sido triste, lleva dos puntos, lo que bendice el pase de los blancos a octavos de final. 

Mal en el Bernabéu

Esta situación concede un respiro a la tensión que rodea últimamente a los partidos del Real Madrid, cuyo objetivo para hoy es que el Bernabéu no vuelva a pitar a nadie, y defender mejor el prestigio de campeón de Europa que como lo hace como campeón de Liga. Tiene gracia que Zidane reconozca que se repite demasiado por decir que ve brotes verdes en el juego de su equipo. Es como esos que se inventan traspasos y al cabo de 400 intentos aciertan uno y alardean de su exclusiva. Su equipo tiene clase, combina bien pero muestra una dejadez en ciertos elementos que rompen la sintonía. Las dudas son si él pone la música o son los jugadores quienes hacen de DJ o ‘pinchadiscos’.

El partido invita a las rotaciones para ver a los menos habituales, a sabiendas que no les va a servir de nada porque Zidane tiene las habas contadas para los encuentros comprometidos. El Borussia necesita el mismo resultado que el del APOEL ante el Tottenham. Pero mejor no tentar a la suerte, por lo que saldrá a por todas diezmado por las siete bajas que presenta Peter Bosz en el intento de asaltar un Santiago Bernabéu quebradizo.