Madrid: Los pitos del Bernabéu delatan la inquietud de la afición

El juego plano del equipo madridista ante el Alavés inquieta a la afición, que ya no se divierte y se queja pitando

Benzema recordó a Ancelotti en el segundo gol que hay un problema importante en la creación de juego

Resumen, goles y highlights del Real Madrid 3-0 Alavés de la Jornada 25 de LaLiga Santander

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Los goles taparon la falta de fútbol del Real Madrid en el triunfo ante el Alavés. “Necesitábamos un partido así”, decía Ancelotti, pero sólo solventa la preocupante sequía goleadora, un gol en cuatro partidos. No mejoran la imagen que vienen ofreciendo, siguen sin ahuyentar los fantasmas que les persiguen por el poco fútbol que generan en sus últimos encuentros. Que el entorno mediático quiera ver lo contrario es una tirita que no va a cerrar la herida.

Benzema recordó a Ancelotti en el segundo gol que el equipo tiene un problema importante de creación y conexión. La exquisitez del francés con un doble taconazo para servir el 2-0 a Vinicius borraba lo ocurrido hasta entonces, incluso eclipsó el golazo de Asensio, en otro partido en el que estuvo desconectado sin aportar nada al equipo.

El balear no se puede esconder detrás de sus golazos para justificar sus pobres actuaciones. El público, que es soberano, le dedicó la pitada del partido por una cesión temeraria a Courtois que Pere Pons desaprovechó. En la jugada siguiente marcó el 1-0 y mandó callar al Bernabéu exigiendo que animen y no piten. Mal negocio. “El público evalúa el partido que estábamos haciendo. No le gustaba, y expresaba lo que pensaba”, generalizaba después Ancelotti refiriéndose al primer tiempo. Y cerraba con una sobrada: “El público está enganchado”. Nunca más lejos de la realidad. Los pitos delatan la inquietud de la afición, que ya no se divierte y que puede explotar el 9 de marzo si no cambian la imagen y la dinámica en el intento de remontada ante el PSG.  

FÚTBOL PLANO

El italiano no convence a nadie con el fútbol plano que empieza a impacientar al personal por esa apuesta reiterada y monótona de poner siempre a los mismos. Empieza a recordar a la dinámica del año pasado con Zidane. La amenazas de una vuelta al aburrimiento empieza a revolotear por la grada del Bernabéu, al que no le gustaría revivir la misma experiencia y se queja pitando.

Siempre el mismo fútbol con las mismas caras que hacen del Madrid un equipo previsible factible de desarmar. Empieza a dejar en manos de los chispazos de sus jugadores el destino de los partidos. Asensio ha aparecido en las dos últimas victorias con dos fogonazos extraordinarios, pero con eso no le da salvo que recupere el fútbol de equipo que entusiasmó y divirtió en la primera parte de la temporada en la que arrolló a sus rivales.