Un póker de José Antonio Reyes da la Promises de Abu Dabi al Real Madrid

José Reyes, protagonista en la final de Laliga Promises

José Reyes, protagonista en la final de Laliga Promises / @LALIGA

Albert Rogé

Albert Rogé

El Real Madrid se convirtió en el campeón de la edición XXIV de LaLiga Promises disputada en Abu Dabi. El conjunto madridista superó al Sevilla en la gran final (5-3) y logra su segundo título para esta generación tras su triunfo en la edición nacional disputada en Villarreal el pasado mes de junio.

El partido empezó y terminó con protagonismo para José Antonio Reyes. El hijo del desaparecido José Antonio Reyes disputaba su primera final con la camiseta del Real Madrid. Antes del encuentro, el delantero recibía una camiseta con el número diez de parte de los jugadores del Sevilla, club donde militó su padre. Dos minutos después de ello, el colegiado señalaba el inicio del partido y Reyes probaba fortuna desde el centro del campo. A punto estuvo de marcar pero el palo despejó su balón. El partido tuvo oportunidades para los dos equipos pero el que mejor las aprovechó en la primera parte fue el Sevilla. Su delantero centro Dani Herrera inauguraba el marcador tras una gran jugada de Ballesteros.

Después, los hispalenses veían como les anulaba dos goles por fuera de juego. Pero no se rindieron y siguieron. Y tuvieron recompensa. El propio Dani Herrera remataba un saque de esquina y ampliaba la diferencia. El Real Madrid se veía por debajo en la final y empezó a buscar a su centrocampista Paulo Iago, al que le costaba conectar con un Reyes que estaba bien marcado. Sin embargo, en un saque de esquina, Reyes era el más listo de la clase y reducía distancias.

En la segunda parte, volvió a aparecer el mejor jugador del torneo, José Antonio Reyes. El delantero fue el encargado de transformar el penalti que el mismo provocó para empatar el partido. Dos minutos después, un espectacular lanzamiento de falta suyo se colaba en la portería del Sevilla y remontaba el encuentro el Real Madrid. Exhibición del delantero que aún no había dicho la última palabra. Por si fuera poco, aún tenía otra jugada para enmarcar para poner el cuarto gol. Póker para él y el título a tocar. El Sevilla redujo distancias a falta de siete minutos pero Jaime, a falta de tres, sentenciaba la final y daba el título al Real Madrid.