REAL MADRID

Mourinho, ¿el regreso del anti-Barça?

El regreso de José Mourinho al Real Madrid reabriría heridas del pasado. Algunas cicatrizadas y otras, no tanto...

Mourinho y el Barça, una historia llena de encontronazos

Mourinho y el Barça, una historia llena de encontronazos / sport

Toni Juanmartí

Las esperpénticas ruedas de prensa, las quejas contínuas a los árbitros, los "¿Por qué?" o la tensión máxima en los Clásicos, entre otras cosas. Todas estas situaciones podrían volver a producirse si se confirma la vuelta de José Mourinho al Real Madrid.

El técnico luso, recientemente despedido por el Chelsea, representa el anti-Barça por definición. De su etapa como entrenador del club blanco, a Mourinho se le pueden reprochar muchas cosas, pero no su antibarcelonismo. No conquistó la Décima y en tres años solo ganó una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España, pero su cruzada contra el conjunto de Pep Guardiola la mantuvo hasta el final. De buen fútbol y títulos, pocos: polémicas, infinitas.

Con más o menos éxito, lo que es indudable es que Mourinho logró reducir la distancia futbolística con el Barça a base de triquiñuelas de todo tipo. Condicionó a los árbitros para que no frenaran como debían la agresividad de sus jugadores ante los jugadores azulgranas, se victimizó siempre que pudo y quitó mérito a todas y cada una de las victorias del eterno rival.

En la plenitud futbolística del Barça de Guardiola, 'Mou' solo pudo arañar una Copa del Rey (2010-11). En aquella final de Mestalla, todo hay que decirlo, la sorpresa de Pepe como pivote defensivo funcionó a la perfección a un Madrid que mereció la victoria tanto como el Barça.

Prueba de que la actitud de Mourinho motivaba a la plantilla azulgrana es que cuando la crispación bajó, Mourinho sí fue capaz de romper la hegemonía liguera del Barça (2011-12).

No obstante, Mourinho acabó siendo víctima de su propia obsesión con el que un día fue su club. Su cruzada contra el Barça llevaba camuflada un sinfín de enfrentamientos ajenos al conjunto azulgrana: los árbitros, la prensa, el entorno y, lo más grave, sus propios jugadores, sobre todo, Iker Casillas. El madridismo dejó de creer en él cuando comprobó que, para ganar títulos, no bastaba solo con ganar al Barça. La vuelta de semifinales de Champions ante el Bayern en el curso 2011-12, en la que el Madrid se conformó con un 2-1 que a la postre llevaría el partido a los penaltis -donde vencieron los alemanes- y la ida de 'semis' del año siguiente ante el <strong>Borussia de Dortmund</strong> (4-1) retrataron a un Mourinho más pendiente de que el Barça no ganara que de hacerlo él.

La llegada de Ancelotti hizo olvidar a Mourinho y demostró a muchos aficionados que batir al Barça sin el luso era posible. No obstante, ahora vuelven a ser muchos los aficionados del Real Madrid que quieren a José Mourinho de vuelta a Concha Espina. Quizá no esperan conquistar títulos con él, pero el equipo de Luis Enrique es una referencia mundial y confían en que, como mínimo, Mourinho sea capaz de desestabilizar al Barça, ya sea poniendo el dedo en el ojo o esperando al colegiado en el párking. Y es que, como sucede a la inversa, hay muchos aficionados del Real Madrid que son anti-Barça que de su propio club.

Mourinho lleva años esforzándose en demostrar que nunca ha digerido que el Barça eligiera a Pep Guardiola antes que a él tras la marcha de Rijkaard, y de ahí su provocadora celebración en el césped del Camp Nou al clasificarse el Inter para la final de la Champions de 2010.

Así pues, si se confirma el regreso de Mourinho al Madrid, el espectáculo extradeportivo está garantizado. En lo puramente deportivo, el Barça puede considerarse claro vencedor de su duelo con el portugués. Como mínimo, hasta la fecha. Y el barcelonismo, que en su día temió el espíritu ganador del luso, vería como una magnífica noticia su segunda etapa en la casa blanca.