La metamorfosis de Isco, de cisne a patito feo

Ocho año y medio después de su llegada al Real Madrid, el malagueño ha perdido su magia y tiene un papel testimonial

Su declive en las tres últimas temporadas y media es evidente: ha sido titular en el 24,6% de los encuentros y promedia un gol cada 9,3 partidos disputados

Alcoyano - Real Madrid | ¿Fue Isco o en propia puerta? Vuelve a ver el tercer gol del Madrid desde todos los ángulos

Alcoyano - Real Madrid | ¿Fue Isco o en propia puerta? Vuelve a ver el tercer gol del Madrid desde todos los ángulos / RFEF

Alejandro Alcázar/Francesc J. Gimeno

El paso de Isco Alarcón por el Real Madrid ha estado plagado de altibajos, aunque su trayectoria siempre quedará condicionada por el hecho de no haber sido capaz de cumplir las enormes expectativas que generó su fichaje en 2013. Ocho años y medio después, el centrocampista malagueño se ha convertido en un actor secundario que se limita a asumir un papel completamente testimonial.

Camino de los 30 años y cuando afronta su último año de servicio en el club blanco, Isco ha perdido la ambición con la que llegó al Santiago Bernabéu procedente del Málaga y ha transformado su fútbol majestuoso en un oficio aburrido. Poco queda de aquel atrevido futbolista que encandiló con la magia de su pie derecho.

Isco tuvo roces con sus entrenadores reclamando protagonismo y acabó haciéndose un sitio a codazos en el once titular desplazando incluso al galés Gareth Bale. Pero ha llovido mucho desde entonces.

SIN MAGIA

El malagueño es ahora un gris funcionario que acude a los entrenamientos por obligación. Ha perdido gran parte de la magia que le diferenciaba de los demás. Da la sensación de que después de haberlo ganado casi todo (cuatro Champions League, dos Ligas, una Copa del Rey, dos Supercopas de España, cuatro Mundiales de Clubes y tres Supercopas de Europa) perdió el hambre para pasar a la reserva.

Empezó abandonándose físicamente y acabó siendo acusado de tener sobrepeso, circunstancia que desencadenó su enfrentamiento con Santiago Solari. Pero la realidad es que ni Rafa Benítez, ni Julen Lopetegui, ni Zinedine Zidane, ni Carlo Ancelotti han sido incapaces de despertarle de su letargo.

SUPLENTE

Isco se ha vuelto un jugador conformista, pese a los amagos de mejoría que nunca le devolvieron a su nivel. El malagueño se ha convertido en un jugador residual, suplente hasta en los partidos de Copa contra equipos de inferior categoría, como sucedió contra el Alcoyano.

Su caída se refleja en los datos de las últimas tres temporadas y media. Desde que se inició su declive en la temporada 2018/2019, el centrocampista ha sido titular en 47 partidos, lo que supone únicamente el 24,6% del total. En cambio, entre las temporadas 2013/2014 y 2017/2018 hizo acto de presencia en 171 partidos como titular de los 294 posibles, el 58,1%.

A nivel goleador su bajón también resulta evidente. Su balance desde la campaña 2018/2019 es de once goles, uno cada 9,3 partidos disputados, mientras que en el periodo anterior sumó 41, a un promedio de uno cada 5,8 encuentros en los que participó.