El Madrid pasa factura a Mariano

Mariano Díaz acepta irse del Real Madrid después de cuatro temporadas en las que el club le invitaba a hacerlo. Pero quiere la carta de libertad para irse donde él quiera, preferentemente seguir en LaLiga, pero se ha encontrado con la negativa del club a dársela, como asegura ‘As’. Solo saldrá si llega con una oferta. Los dirigentes madridistas creen que en esta recta final de mercado muchos equipos buscan un ‘9’ y que tienen posibilidades de conseguir un traspaso. Asumen, incluso, que no llegue esa oferta y que tenga que quedarse el año que le queda de contrato, igual que en los tres anteriores en los que no quiso irse.

Mariano es uno de esos casos del mundo del fútbol que precisa un profundo análisis. Un delantero centro poderoso, criado en la cantera del Real Madrid que tuvo que irse a otro equipo para volver. Cuando regresó apenas tuvo protagonismo, pero se negó a marcharse refugiado en un contrato de cuatro millones de euros netos por estar donde él quería estar. Estaba en su derecho. Nunca perdió la esperanza de demostrar su potencial, pero no acabó de encajar en el estilo de un equipo que prescindía de un nueve estático.

POBRES ESTADÍSTICAS

El Real Madrid lo recuperó del Lyon en 2018 a cambio de 21,5 millones de euros, 13,5 más de lo que pagó el equipo francés (8 M€). Consideró que la operación era acertada tras marcar 21 goles en 48 partidos en la Ligue-1. Pero no fue así, el hispanodominicano nunca encajó en las propuestas tácticas de Zidane ni Ancelotti y en las cuatro temporadas que lleva ha participado en 73 de los 218 partidos que ha jugado su equipo, el 33,48%. Sin embargo, en minutos su aportación es muy pobre, el 10,47% (2.055’ sobre 19.620’). En este tiempo ha marcado 12 goles, de los 414 de su equipo (2,89%); uno cada 171’ o uno cada 6 partidos en el tiempo que ha jugado.

Ante su escasa aportación, el club le invitó a buscar equipo hace tres temporadas, pero decidió seguir. Al curso siguiente insistió en que buscara otro equipo y el Madrid llegó a un acuerdo con el Benfica, pero en el último momento se descolgó rechazando la propuesta. El año pasado ocurrió lo mismo con el Rayo Vallecano, y también se negó. El club estaba dispuesto a asumir gran parte de su salario, en un intento de que se revalorizase para poder traspasarlo, pero el jugador frustró sus planes. Ahora, con 29 años quiere irse pero el Madrid le pasa factura y no le concede la libertad, o llega una oferta o cerrará el ciclo de blanco.