El Madrid ya se parece al PSG con Mbappé

Kylian Mbappé y el Real Madrid estaban destinados a unir sus destinos. El club estuvo siete años detrás de su fichaje hasta que el jugador decidió desligarse de la cárcel de oro que le ataba al PSG para cumplir su “sueño” de defender la camiseta blanca. Su llegada potenciaba a un equipo bien armado en ataque y que no lo necesitaba, pero nadie rechaza a uno de los uno de los mejores jugadores del mundo y más cuando es el viejo anhelo de su presidente y de su afición.

Pulso con Vinicius

Su aterrizaje fue ilusionante, pero pronto se confirmó el peor de los pronósticos, que se iba a pisar la manguera con Vinicius, el líder ofensivo del equipo que había recogido el testigo de Karim Benzema. Además, ambos juegan en la misma posición y se pronosticó una lucha de egos que no beneficia al juego ofensivo del equipo. Mbappé es un tipo empático, buen compañero y mejor futbolista, pero su individualismo compite con el del brasileño para perjudicar al juego colectivo del equipo.

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Luis Enrique fue el que mejor dibujó las características del francés cuando se hizo cargo del PSG, al que acusó de no defender, de implicarse poco con sus compañeros. Vamos, lo mismo que Vinicius pero un poco más. El francés hace la guerra por su cuenta en defensa. Sin balón se esfuerza, pero pierde de vista lo que necesita el equipo de él y revierte la ecuación, intenta ser él quien marca la pauta para que sus compañeros le sigan desenganchándose de los anclajes del vagón que le une al tren.

No acaba de encajar

Mbappé es un jugador superlativo, certero en el remate cuando tiene un buen día, lleva 33 goles, pero errático también. Le costó entrar en la dinámica del equipo, entender los mecanismos del ataque en el que Vinicius llevaba la voz cantante, Bellingham ponía la sintonía y Rodrygo hacia de hombre orquesta. Tardó en encontrar su espacio, si es que lo ha encontrado, pero no acaba de encajar en un ataque que estaba hecho y que el año pasado fue clave para hacer campeón de Liga y de la Champions al Real Madrid.

La derrota en Londres ante el Arsenal recuerda a los fracasos acumulados por el PSG en la Champions en la etapa en la que Mbappé comandaba al equipo parisino. Un conjunto que lideraba y que dependía de que su estrella tuviese su día certero. Ganó muchos partidos pero perdió más eliminatorias. Ahora vuelve a pasarle lo mismo en el Real Madrid y ni Vinicius, Bellingham o Rodrygo son los mismos que hace un año. El Madrid empieza a parecerse al PSG, con una apuesta ofensiva que hace fracasar al colectivo.