El Madrid solo necesitó oficio

Los italianos pusieron el fútbol durante gran parte del encuentro y los blancos, los goles

El Madrid puso orden y dos chispazos para imponerse y pasar a octavos como primero de grupo

Resumen, goles y highlights del Real Madrid 2-0 Inter de la jornada 6 de la Champions

Resumen, goles y highlights del Real Madrid 2-0 Inter de la jornada 6 de la Champions / TELEFÓNICA

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

A octavos como primeros de grupo, prácticamente, sin despeinarse. El Inter vivió lo que tantos otros equipos han vivido en una noche europea en la que, enfrente, está el Real Madrid. Por mucho que propongas, por mucho que corras, por mucho que presiones, por mucho que metas a los blancos en su área, el resultado siempre sonríe a quien ejerce una influencia misteriosa hacia la competición. A los de Ancelotti les dio absolutamente igual lo que hicieran los italianos (fallarlo todo y quedarse con diez) porque con lo que hacen ellos les basta. En cualquiera de los escenarios que se vivieron durante los noventa minutos.

Real Madrid - Inter
2
0
Alineaciones
Real Madrid
Courtois, Carvajal, Militao, Alaba, Mendy, Casemiro (Camavinga, 71'), Modric, Kroos (Valverde, 78'), Rodrygo (Asensio, 78'), Vinicius (Hazard, 80') y Jovic (Mariano, 78').
Inter de Milán
Handanovic, D'Ambrosio, Skriniar, Bastoni, Dumfries (Dimarco, 46'), Barella, Brozovic (Arturo Vidal, 60'), Çalhanoglu (Vecino, 60'), Perisic, Lautaro Martínez (Gagliardini, 63') y Dzeko (Alexis Sánchez, 59').

Dos disparos necesitó el Real Madrid para abrir el marcador. El primero, de Vinicius, se fue fuera por poco; el segundo, de Kroos, barraca. El equipo blanco es así. Superada esa etapa en la que el gol escaseaba, ahora incluso sin Benzema ha regresado la pegada. Con eso le basta a los de Ancelotti para minimizar a sus rivales. En este caso la víctima fue el Inter, mucho más ofensivo, aguerrido y valiente en la primera mitad, pero incapaz de transformar su fútbol vertical en una amenaza real. Brozovic lo probó dos veces desde la frontal, Dumfries se comió a Mendy por la banda derecha, Perisic agobió sin pausa a Carvajal mientras Lautaro y Dzeko metían a Militao y a Alaba en su área. Todo bien. Todo, de hecho, muy bien. Menos ese último pase preciso o ese disparo entre palos (solo hubo uno en el primer tiempo). Todo bien excepto aquello que le sobra al Real Madrid. Y el fútbol es ese juego en el que gana quien hace más goles que su rival. Así de simple.

El césped del Bernabéu parecía hacer pendiente hacia la portería de Courtois y todo ocurría en la mitad de terreno de los madridistas, que ni siquiera encontraban la velocidad de Vinicius (otro piscinazo pidiendo penalti) para salir a la contra. Hasta esos últimos cinco o diez minutos de cada periodo. Ahí, al contragolpe, Carvajal dejó solo a Jovic ante Handanovic para el segundo en una jugada de tres toques. El serbio erró. Como Rodrygo, que en otro ataque de última hora la envió al palo y, poco después, de nuevo solo, la envió fuera. Nunca nadie hizo tanto con tan poco porque el 'catenaccio' vestía de blanco y el fútbol ofensivo hablaba italiano. La tozuda realidad es que no se vio nada que no se viera en Milán. En 45 minutos se reprodujo lo que tantas veces se ha vivido con el Real Madrid como protagonista.

La vida sigue igual

Desde que Brych silbó para que empezara el segundo tiempo hasta que Barella se presentó ante Courtois había transcurrido poco más de un minuto. Controló, miró a puerta y disparó a la grada, muy alto. La vida es maravillosa si eres aficionado del Real Madrid, cuyo plan volvió a salir a la perfección. Harto de correr y proponer, el Inter empezó a flaquear y los de Ancelotti a todo lo contrario. El balón frecuentaba ambos equipos, pero cada vez más intimando con los blancos.

Si quedaba alguna duda de cómo acabaría el duelo, una disputa entre Militao y Barella hizo perder los papeles al italiano, que vio la roja por revolverse con violencia. Su oponente vio la amarilla y el Inter, a jugar con diez. Los de Simone Inzaghi no se rindieron, en parte porque el Madrid pensó que todo ya estaba hecho, algo que nadie puede reprocharles porque, efectivamente, así era. El problema es que, con diez, los 'nerazzurri' intensificaron su inoperancia en ataque. Y Ancelotti decidió hacer tres cambios de golpe. También lo veía claro.

No tanto como Asensio, que rebañó la escuadra con una rosca enorme desde la frontal nada más pisar el césped. Estaba el tema tan visto para sentencia que Hazard sustituyó a Vinicius. Hubo tiempo para todo. Los octavos ya esperan.