Los 7 motivos de la primera crisis del Real Madrid

El Cádiz da la sorpresa y gana en Valdebebas a un pobre Real Madrid

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Zinedine Zidane tiene por delante una tarea titánica para salvar las limitaciones que tiene en una plantilla sin refuerzos, y su insistencia en exprimir el mismo bloque de los últimos cinco años que limita la capacidad de maniobra táctica.

1-Diferencias grandes entre titulares y suplentes

Zidane tiene 10 fijos y 5 cambios, el resto no cuenta porque no dan la talla. Hazard sería el undécimo hombre, pero las lesiones lo impiden. Asensio, Vinicius, Odegaard, Militao y Rodrygo son las rotaciones que responden. Jovic, Isco, Lucas Vázquez, Nacho, Marcelo, Odriozola y Mariano no responden y juntar en un once a tres o más de este bloque es un riesgo como quedó demostrado ante el Cádiz: puso a Isco, Lucas Vázquez y Marcelo, en lugar de apostar por Asensio o Rodrygo. 

2-La falta de pegada lo condiciona todo

Los problemas para marcar complican todos los partidos dejándolos en el alambre y alimentando la cultura del sufrimiento en la que se ha instalado este Madrid. Crea ocasiones, pero no las culmina por no ser valiente y acumular gente arriba. La prioridad es mantener la posición para no ser sorprendidos. Jugar con extremos asegura el control del balón y cerrar líneas con la presión, pero sin rematadores que culminen los centros. No juega directo, de primeras, ni imprime velocidad al ataque apostando por la posesión que le hace previsible. Benzema no cubre el cupo, juega muy solo arriba y abandona la posición de nueve constantemente.

3-Sin un once titular y un dibujo definido

Zidane no repite nunca equipo. En cinco partidos, cinco alineaciones y solo ha repetido dos veces la misma defensa, justificado por la lesión de Carvajal, y dos ataques, Jovic-Benzema que ha dejado de utilizar. Impone las rotaciones con cambios de dibujo constantes y acopla la táctica a las cualidades de los jugadores. No da continuidad a algunos suplentes y repite la columna vertebral a la que rodea de soluciones diferentes en cada partido. El 4-4-2 en rombo fue el dibujo que mejor resultados le dio, pero con Cristiano Ronaldo arriba. Ahora apuesta más por el 4-3-3, sin delantero centro, pero intenta que sea un 4-4-2 cuando toca defender.

4-Una plantilla peor a la de años anteriores

Año de crisis económica sin fichajes y con prioridad en las ventas. Sólo Odegaard refuerza una plantilla que ha perdido a Bale, James y Brahim. Sigue sin un medio centro de garantías que dé descanso a Casemiro. Zidane no confía en Odriozola tras vender a Achraf. Marcelo no da la talla para ser relevo de Mendy, y vende a Reguilón al Tottenham. Jovic sigue siendo la puesta goleadora que tampoco cubre el cupo, pero sin continuidad. Vende a Mayoral a la Roma y se queda con Mariano. Isco y Lucas Vázquez han dejado de ser rentables y cierran el paso a Ceballos, Óscar o Kubo. A esto se suma que la columna vertebral se hace mayor: Modric, 35 años; Ramos, 34; Benzema, 32 (33 en diciembre) y Kroos, 30 cuatro piezas básicas que necesitan dosificarse. Y todos, menos el francés, tienen otro trabajo, sus selecciones, que paga el Madrid. En definitiva, la plantilla es peor a la de años anteriores.

6-Zidane no cambia de discurso

El técnico mantiene el mismo bloque desde que llegó al equipo en 2016. Solo le falta Cristiano Ronaldo y Keylor Navas, los demás son los mismos pero que no rinden como entonces como Marcelo e Isco, que de ser titulares han pasado a ser malos suplentes. Carvajal, Varane, Ramos, Casemiro, Kroos, Modric y Benzema son la base de lo que construyó para ganar títulos. No renuncia a ellos y tampoco busca relevos. Asensio sigue sin explotar en su quinto año. Solo Valverde, Vinicius y Mendy se abren paso como alternativas a los que se fueron, mientras que Odegaard y Rodrygo son una incógnita por su escasa participación. Ha mejorado, eso sí, la portería con Courtois.

7-El talento se agota en jugadores que eran clave

En el Madrid hay mucho talento, pero mal explotado. Zidane tiene sus fijos, pero jugarlo todo, incluido con sus selecciones, resta rendimiento y lucidez. Varane, por ejemplo, fue el culpable de la eliminatoria ante el City en un mal día y es que es imposible estar concentrado al 100% cuando juegas siempre. A Ramos le ocurre lo mismo, alterna grandes partidos con errores de bulto y abusa de su físico para frenar a los rivales para ahorrarse esfuerzos. Modric y Kroos son jugadores distintos cuando están frescos, son el motor blanco, y cuando no, su equipo sufre. Hazard es una apuesta fallida, de momento, y de cuyo talento depende el poder ofensivo del Madrid. Y el exquisito Benzema es una máquina de fallar goles, sin descansos nunca. Titular por decreto y el más acomodado de la plantilla.