Las claves que explican el fracaso del Paris Saint Germain en Europa

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El Paris Saint-Germain consumó su enésimo fracaso en la Champions: el farónico proyecto cataría naufragó en el peor momento, ante el vigente campeón y lo que es peor, con la sensación de que en ningún momento pudo competir por la eliminatoria.

El partido del Parque de los Príncipes evidenció la impotencia de un equipo construido a golpe de talonario que no se comportó como un equipo, sino como un puñado de jugadores incapaces de hacer frente común ante el Real Madrid: el lema con el que el PSG había preparado el partido ('Juntos lo conseguiremos') se esfumó como el humo de las bengalas que poblaron las gradas del estadio.

El ataque, un caos

El ataque del PSG fue un caos durante todo el partido: dio la sensación de que Cavani, Di María y Mbappé, los tres jugadores llamados a poner en apuros la portería del Madrid, hicieron la guerra por su cuenta. Di María no supo aprovechar los espacios ni sacar partido a su punta de velocidad, Cavani se frustró desde el primer minuto y sacó a relucir su versión más torpe y Mbappé no tuvo desborde ni llegada.

Errores en defensa

El Real Madrid llegó con demasiada facilidad al área del PSG: Areola, de hecho, fue el mejor de su equipo (según las notas de 'Le Parisien', el único que aprueba). Con un poco más de acierto de cara al gol (Benzema volvió a firmar una actuación más que discutible), el Madrid hubiera podido firmar una goleada de escándalo, sacando partido del desconcierto de la defensa del PSG. Lejos de su mejor versión, Thiago Silva no supo liderar la defensa, y los laterales sufrieron más de la cuenta. El error de Alves en la jugada que dio pie al segundo gol del Madrid fue la gota que colmó el vaso.

Sin fluidez en la medular

Rabiot, Verratti y Motta: el centro del campo del PSG combinaba toque y músculo, creatividad y contención, pero solo en teoría. A la hora de la verdad, sin embargo, el PSG no tuvo fluidez en la circulación ni capacidad para frenar los ataques del Madrid. Casemiro y Kovacic, dos jugadores de perfil defensivo, se impusieron al trío de centrocampistas del PSG. Motta estuvo desaparecido, Rabiot impotente y Verratti acabó expulsaldo.

Un equipo sin liderazgo

Al PSG le faltó un líder en el momento de la verdad: ausente Neymar por lesión, el conjunto francés no encontró referencias cuando el partido entró en los momentos decisivos. Verratti fue expulsado poco antes de que el PSG empatase el partido (faltaban 20 minutos para el final y el equipo francés aún hubiera tenido oportunidades para forzar la prórroga, pero con un jugador menos fue imposible) y queda como uno de los grandes señalados de la eliminatoria. Tres de las últimas cuatro expulsiones del PSG en Europa han sido a Verratti. 

Emery, sin argumentos

Unai Emery sale especialmente dañado de la eliminatoria: discutibles fueron sus cambios en el partido de ida, también en el de vuelta porque los jugadores que introdujo de refresco no estuvieron a la altura. Draxler y Pastore entraron al partido como fantasmas: apáticos y desconectados, empeoraron al PSG, en lugar de mejorarlo. Más allá de los cambios, Emery sale muy tocado porque no ha sabido gestionar los recursos que el propietario del club ha puesto a su disposición. Parece claro que el PSG prescindirá del técnico vasco a finales de temporada: la prensa francesa ya le busca sustitutos. 

El factor ambiental

El PSG intentó rodear el partido de una carga emotiva que acabó convertida en un arma de doble filo: lemas bélicos, un clima especialmente tenso (los ultras del PSG pasaron la noche frente al hotel del Madrid) y como guinda, un sinfín de bengalas en las gradas del PSG. Tantas, que incluso el árbitro tuvo que parar el partido durante unos segundos mientras el capitán del PSG, Thiago Silva, reclamaba que desapareciesen las bengalas. Incluso después del gol del PSG el partido tardó en reanudarse precisamente por culpa de las bengalas, que fueron el peor atrezzo posible para el partido: lejos de favorecer a su equipo, los ultras acabaron por perjudicarlo. 

el peso de la historia

Fundado en 1970, al PSG le falta el cuajo histórico que otros grandes del fútbol europeo tienen y que sale a relucir en el momento de la verdad: la Copa de Europa se creó en 1956 y desde entonces, muy pocos advenedizos han accedido al trono. Todos los equipos campeones lo fueron con años de historia a sus espaldas, algo de lo que el PSG aún carece.