Las arcas del Real Madrid se resienten por la crisis deportiva

El Real Madrid cayó en octavos de final ante el Ajax

El Real Madrid cayó en octavos de final ante el Ajax / AFP

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

La mala temporada del Real Madrid del curso pasado sigue pasando factura a las arcas del club. El último ha sido el de los ingresos en concepto de derechos televisivos en la Liga. El equipo dirigido por Lopetegui, Solari y Zidane alejó a los espectadores de sus partidos televisados para ingresar 11,2 millones menos que el Barcelona. El club azulgrana es el líder del ránking con 166,5 millones de euros, seguido del Madrid con 155,3.

La afirmación de su vicepresidente Eduardo Fernández de Blas se derrumba: "Lo deportivo no es lo más importante… El club más valioso, el que más vale, el que está mejor gestionado, el que tiene mayores ingresos y que tiene más valor es el Real Madrid". Esto demuestra que sin éxitos deportivos los ingresos menguan y con ellos crecen, y si no que se lo pregunten al Atlético de Madrid que desde la llegada de Simeone ha multiplicado casi por cuatro la facturación anual.

LAS GRADAS SE resienten

El Real Madrid pudo ingresar hasta 45 millones fijos más si hubiese sido campeón en la Champions League de la temporada pasada, pero cayó en octavos de final de mala manera ante el Ajax que le endosó un 1-4 en el Bernabéu. Un varapalo que acabó confirmando la debacle de un equipo a la deriva, quedando apeado de su competición preferida después de lograr la hazaña de ganar tres consecutivas, logro que nadie había conseguido.

A esa cantidad que dejó de ingresar habría que sumar otros conceptos procedentes de cláusulas de contratos con patrocinios, y de taquilla de cuartos de final y semifinal. Pero lo malos resultados y partidos en la Liga también restaron unos 2.000 aficionados por partido en la asistencia al Santiago Bernabéu. Bajaron la media de 65.500 espectadores por encuentro a los 63.500 en un estadio para 81.044 aficionados.

La consecuencia de ese curso negativo fue la obligatoriedad de reforzar la plantilla, de fichar jugadores para ilusionar a una afición deprimida y desmotivada para afrontar la nueva temporada con mayores garantías. La apuesta del club supuso un déficit de 200 millones entre los 150 que ingresó por traspasos y los 350 que desembolsó por fichajes. No quiere decir que su poder adquisitivo se haya venido abajo, pero sí que ha supuesto un frenazo al crecimiento experimentado en los últimos años procedentes precisamente de los buenos resultados deportivos.