Florentino divide al madridismo

La salida de Zidane ha dado voz a un sector influyente del futbol, que ha cargado contra el presidente

Pero su gestión económica, situando al Real Madrid en la cima, da estabilidad y amortigua los ataques externo

Zidane abandona el Real Madrid

Zinedine Zidane comunicó este miércoles al club y a varios jugadores de la plantilla del Real Madrid su deseo de abandonar el puesto de entrenador, en la que sería su tercera renuncia teniendo contrato en vigor, una como futbolista y dos como técnico. / EFE

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Florentino Pérez dirige el Real Madrid con mano de hierro. A unos les gusta e incluso le veneran. La mayoría de la masa social se siente amparada por su forma de gobernar, da estabilidad económica manteniendo la marca entre los más ricos y poderosos del mundo. Y a otros les gusta menos, sobre todo a los despechados que encabezan una oposición crítica hacia esa gestión presidencialista ante una oposición social que no existe. No quedan plataformas visibles de socios o seguidores madridistas que levanten la voz contra su gestión y es que la maquinaria ‘florentinista’ actúan contra quien se salga de la foto.

Zidane es el último que se suma a ese bloque de despechados tras sufrir en sus carnes la forma que tiene de gobernar. Una renuncia que ha dividido de manera clara al madridismo achacable a ese estilo presidencialista que elimina de un plumazo lo que no le gusta. Ex jugadores, entrenadores y periodistas no esconden su oposición, pero sus críticas caen en saco roto ante ese otro sector de jugadores, entrenadores, periodistas y aficionados entregados a su labor. Florentino ha impuesto unas normas elitistas para ser presidente y controla con precisión la elección de compromisarios. Los socios son meras comparsas, no se enteran de nada y no tienen voz ni voto en el devenir diario del club.

ÉXITOS ECONÓMICOS Y DEPORTIVOS

Con el Bernabéu cerrado por la pandemia esa oposición en las gradas se ha diluido, aunque gran parte de la masa social le apoye . Sus éxitos económicos se alternan con los deportivos. Desde que llegó en el 2000 ha presidido más de 1.000 partidos y ha ganado 47 títulos entre fútbol y baloncesto, 39 en la última década. Sus decisiones deportivas son muchas veces tachadas de extravagantes y caprichosas y las relacionan a su forofismo. Pero quién no es forofo al frente de un club y más de la envergadura del Real Madrid.

Florentino Pérez revolucionó el mercado con el fichaje de los galácticos, aunque le salió mal y se tuvo que ir. Después, creó otro proyecto que ha devuelto al club a la primera línea mundial. No le tiembla el pulso contra quienes no cumplen con sus directrices o su forma de gestionar los equipos. Se ha cargado entrenadores sin pestañear y mitos madridistas han salido por la puerta de servicio. Pocos le han hecho frente y se han ido por despecho, Zidane el último y Cristiano Ronaldo el penúltimo. Pero nadie es capaz de minar su poder y su forma de actuar pese a campañas mediáticas o las críticas de los desengañados. Eso sí, todos tienen los cañones cargados que disparan cuando patina aunque su gran ilusión es que se caiga para acabar con su virreinato.