El fichaje de Hazard no será coser y cantar

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

La racha de malos resultados ha reactivado el interés del Real Madrid por el belga Eden Hazard y, aunque muchos sospechan que las informaciones que están apareciendo en los últimos días son una simple cortina de humo para tapar la crisis que atraviesa el equipo de Julen Lopetegui, las alarmas se han encendido en las oficinas del Chelsea. El club londinense no piensa dar facilidades y hará todo lo que esté en su mano para retener a su gran estrella.

La primera decisión de los dirigentes 'blues' será volver a presentar una suculenta mejora de contrato a Hazard para tratar de desbloquear su renovación. Según informa 'Sky Sports', el Chelsea tiene la intención de reabrir las negociaciones en breve para desactivar la amenaza del Real Madrid. El jugador ha rechazado hasta ahora todas las ofertas que ha recibido, pero el hecho de que tenga contrato hasta 2020 alimenta las esperanzas de los 'blues'.

actitud diferente

Pese a que nunca ha ocultado su deseo de jugar en el Real Madrid, Hazard siempre ha dejado claro que no piensa declararse en rebeldía, como hizo su compatriota Courtois, para forzar su salida de Stamford Bridge. Siempre se ha sentido identificado con el club londinense y su objetivo es que todo se solucione de forma pactada. Esta circunstancia choca frontalmente con las intenciones del club madridista. La posibilidad de que el Chelsea se avenga a negociar el traspaso de su buque insignia a media temporada es muy poco probable. Y el belga no forzará en ningún caso la máquina para aterrizar en el Santiago Bernabéu el próximo mes de enero. Su idea es esperar al próximo verano.

Otra cuestión añadida es que los escarceos con Eden Hazard han colocado de nuevo a Florentino Pérez, presidente madridista, en el ojo del huracán. Su peculiar forma de negociar le está granjeando muchas enemistades y su nómina de enemigos sigue aumentando. El presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, se la tiene guardada desde hace tiempo por sus continuos coqueteos con el brasileño Neymar. Y al multimillonario Roman Abramovich, propietario del Chelsea, tampoco le hará ninguna gracia que esté tocando a Hazard.