Fernando Redondo: "El Madrid me traspasó porque Figo costaba mucho dinero"

Redondo, en una conferencia

Redondo, en una conferencia / EFE

Sport.es

Fernando Redondo, ex jugador del Real Madrid, llegó al club blanco en 1994 de la mano de Jorge Valdano y dejó el club en 2000, tras conquistar la Copa de Europa ante el Valencia. Ha concedido una entrevista a 'La Nación' para repasar su carrera.

En la charla, Redondo explica cómo se produjo su salida del Madrid, poco después de que Florentino Pérez ganase las elecciones en el verano de 2000. "Florentino se había comprometido en la campaña a traer a Figo, costaba mucho dinero y el Milán ofrecía por mi pase 3 mil millones de pesetas (18 millones de euros), era un montón de dinero por un futbolista de 31 años. En ese momento, con Florentino había llegado Pirri como secretario técnico y me avisó que había una propuesta del Milán y que el club estaba de acuerdo en aceptarla", explica Redondo.

El ex jugador argentino confiesa que irse así del Madrid le dolió. "Me tocó un poco el amor propio que me quisieran vender, la verdad. Por otro lado se trataba del Milán y estaba Berlusconi, que me llamaba a mi celular para que fuera. En el Madrid yo había dado todo, ganado dos Champions y dos Ligas, entre otros títulos, los entrenadores me habían elegido el mejor futbolista de esa Champions, o sea que sabía que el puesto ahí no me lo sacaba nadie. Lo del Milán, en ese sentido, era un desafío también para mí".

su vuelta al bernabéu

Cuando regresó al Bernabéu para jugar con el Milan, lo pasó mal "Uf, creo que jugué mi peor partido, fui un desastre, se la daba a los de blanco (risas). Fue un reconocimiento que no esperaba y me pegó fuerte: estábamos para empezar el partido y todo el Bernabéu empezó a gritar "Redondo, Redondo", y yo miraba para los costados y aplaudían mis compañeros, y también aplaudían los jugadores del Madrid, algo espontáneo, inesperado. Me superó, la verdad, tomé ese instante como el homenaje que me hizo el Real Madrid siendo jugador activo".

Redondo elogia la gestión de Florentino ("hay que reconocerle la modernización del club y cómo quedó el estadio") pero admite que hay "ciertas cosas que yo no hubiera hecho, pero no soy quién para criticar esas decisiones, para juzgarlas, porque no puedo opinar con la cabeza de un presidente del club. No lo soy. Y tampoco quiero opinar desde el lugar del futbolista que se tuvo que ir durante su presidencia. No me interesa, además no guardo ningún tipo de rencor".

Sobre Zidane, Redondo apunta que "su mano es importante. Y esto sí lo sé, porque lo dijo Del Bosque: cuando él lo dirigió en el Madrid una mirada de Zizou podía cambiar una situación de partido en el entretiempo. Y creo que como entrenador esa cualidad se hace extensiva".

el calvario de su lesión

Cuando estaba realizando la pretemporada con el Milan tras dejar el Madrid, el mediocentro argentino se lesionó gravemente en el ligamento cruzado anterior y comenzó un calvario que rememoró este viernes en La Nación. "Yo había hecho la pretemporada con el Madrid y, al finalizarla, se produjo la venta. Llegué al Milan y el sistema de entrenamiento era diferente, con mucha carga física y mucho trabajo de fuerza. No dije nada, un poco por orgullo, pero estaba muerto muscularmente. Debí haber hecho una adaptación progresiva, pero eso lo analicé después. En ese contexto hicimos fútbol, y en una jugada giré y sentí. track: me rompí los cruzados de la rodilla derecha y no pude jugar ni un partido durante dos años", relató Redondo.

El argentino sufrió un calvario de dos años, con varias operaciones y distintos viajes en busca de una solución que no acababa de llegar. "La primera operación no salió bien. A mí me operó un médico italiano que había intervenido a otros jugadores del Milan, pero no era especialista en rodilla, y la verdad que el ligamento no quedó colocado en la mejor posición, estaba rozando el cóndilo femoral. No se lo achaco al médico, me tocó entrar en ese 3 o 4 por ciento de error. El tema es que en la recuperación, la rodilla se me hinchaba y me dolía, y los médicos me decían que tenía que superar la barrera del dolor. Entonces le daba más duro, musculaba, y al final era un círculo inflamatorio, y cada vez estaba peor".

Redondo decidió ir a hablar con Galliani, decirle que quería viajar a Madrid a visitar al doctor Del Corral, por entonces médico del Real Madrid, y trasladarle que renunciaba a su salario: "Le pedí que no me pagaran más el sueldo hasta que pudiera jugar. Y le dije que quería ir a Madrid para ver a Del Corral. Necesitaba salir de Milanello, también, porque ahí todo el mundo me preguntaba cuándo volvía, y yo ya no sabía qué decir. Si todo esto me hubiese pasado en el Madrid, habría sido distinto, porque ya le había dado muchas cosas al equipo, pero en este caso no había podido jugar ni un minuto".

El final del túnel comenzó a verlo cuando le aplicaron una técnica prohibida en Italia, denominada Bier Block: "Decidimos consultar a los mejores especialistas en rodilla del mundo. Fuimos a Francia a ver al que había operado a Ronaldo, a un par más y nos quedamos con Martens, un belga que nos dio mucha seguridad. Viví un par de meses en Amberes, trabajé con técnicas novedosas para mí tres veces por día durante toda la semana. Me aplicaron una técnica llamada Bier Block, que estaba prohibida en Italia y actuaba sobre el sistema nervioso central para romper la memoria del dolor. Me metían en el quirófano, me ponían la pierna hacia arriba, me la vaciaban de sangre con un torniquete y me pasaban fármacos. El riesgo era que si algo de eso se iba al corazón, podía tener un problema. Te dejaban hacerlo 6 veces como máximo y yo hice 5 y de ese modo pude superar el umbral del dolor y trabajar en la rehabilitación. Hice de todo. Me llevaron a Knokke, una ciudad de veraneo del norte de Bélgica, ¡pero en invierno! Me metía en el Mar del Norte y corría con el agua hasta la cintura y hacía diferentes trabajos en la arena, con elásticos y almohadones. Al ver que podía superar el dolor y la inflamación, di lo máximo de mí, pude recuperarme y jugar dos años más"...