La falsa hegemonía del Real Madrid

El Real Madrid celebró el Mundial de Clubes, su tercer título del año

El Real Madrid celebró el Mundial de Clubes, su tercer título del año / EFE

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

Los madridistas llevan siete meses instalados en una nube tras haber celebrado de forma consecutiva la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubs.

La euforia llevó a su presidente, Florentino Pérez, a proclamar a los cuatro vientos que el club blanco vivía uno de los mejores momentos de su historia. Todo marcha viento en popa en la nave madridista desde que el francés Zinedine Zidane, se hizo cargo del timón el pasado mes de enero. El problema es que la realidad no es tan perfecta como algunos la quieren pintar. La hegemonia del Real Madrid es irreal. Hay gato encerrado.

El Madrid se ha hecho amo y señor de las competiciones internacionales utilizando la misma receta. Lo suyo es un cóctel de fortuna, épica y vulgaridad futbolística. Por ejemplo, en ninguna de las tres últimas finales disputadas ha sido protagonista por juego, dominio y ocasiones. Todo lo contrario. Sus victorias han llegado siempre precedidas de goles en fuera de juego, penaltis fallados por el rival (Sergio Ramos y Griezmann, respectivamente, en la final de Milán), goles marcados en el descuento (el 2-2 de Sergio Ramos en la Supercopa de Europa), expulsiones perdonadas (al propio Ramos en la final del Mundial de Clubs), prórrogas y tandas de penaltis.

El Madrid sólo es capaz de ganar sufriendo, nunca dominando, pese a que ha tenido que medirse a muy pocos rivales de máxima dificultad. Los sorteos han sido muy benevolentes con los madridistas desde que arrancó la pasada edición de la Liga de Campeones. El conjunto blanco ha encadenado eliminatorias sin que la suerte les deparase un enfrentamiento a cara o cruz ante un rival de la nobleza europea o mundial.

rivales asequibles

En la Champions se midió primero al Shakhtar Donetsk, al Malmö y al París Saint-Germain en la fase de grupos, y posteriormente tuvo que superar en las eliminatorias a la Roma, al Wolfsburgo, y al Manchester City, mientras que en la final se vio las caras con el Atlético de Madrid. ¿Qué tienen en común todos estos equipos? Ninguno de ellos puede presumir todavía de haber conquistado la máxima competición continental. En el mejor de los casos, son claros aspirantes a entrar en la jet set europea, caso del PSG, el Manchester City o el Atlético. Y con los franceses, por ejemplo, empató 0-0 en París y ganó 1-0 en el Bernabéu sin haber hecho méritos para ello.

La fortuna ha vuelto a acompañar al club madridista en los dos sorteos de la Champions en los que ha estado presente. En la liguilla le tocó un grupo muy cómodo (Legia, Sporting de Portugal y Borussia Dortmund) y en los octavos de final le correspondió uno de los rivales más asequibles del bombo, el Nápoles. De momento sigue teniendo el camino despejado hasta la final que se disputará en el Millennium Stadium de Cardiff.

Lo mismo ocurrió en la Supercopa de Europa y en el Mundial de Clubs, donde superó con mucha suerte y poco fútbol al Sevilla en la prórroga, y a dos potencias mundiales como el América mexicano y el Kashima Antlers japonés. En la final del Mundial de Clubs, por ejemplo, sólo hay que recordar el favor que hizo a los blancos el colegiado zambiano Janny Sikazwe al perdonarle la expulsión a Sergio Ramos poco antes de que se llegase a la prórroga.

la flor de Zidane

La flor de Zidane ha sido clave a la hora de que el Madrid llevase tres copas más a su sala de trofeos. Desde que el entrenador francés se hizo cargo del equipo blanco el pasado mes de enero, sólo ha perdido dos encuentros oficiales y lleva encadenados 37 encuentros invicto. La suerte es blanca.

Los madridistas viven también ilusionados por la falsa Liga que han conquistado este 2016. Se felicitan de que su equipo sea el que más puntos ha obtenido (91 frente a los 84 del Barcelona) si se contabilizan los partidos jugados desde enero pasado hasta la última jornada del 2016. Es el consuelo por sus innumerables fracasos en la competición de la regularidad desde que Florentino Pérez regresó en el 2009.