Crisis interminable para un fin de ciclo

Florentino Pérez tardó tres años en armar un equipo campeón para ganarlo casi todo en su segunda etapa en la presidencia

Pero desde que ganaron la decimotercera en Kiev, el proyecto se empezó a deteriorar sin que Zidane pueda evitarlo

Florentino Pérez junto a la vieja guardia

Florentino Pérez junto a la vieja guardia / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

La actual crisis deportiva en la que se ha instalado el Real Madrid es solo continuidad a las que se suceden desde que el equipo dirigido por Zidane ganó su última Champions League, la decimotercera de Kiev. Aquél verano del 18 se sucedieron las sorpresas en plena euforia madridista, empezando por el inesperado cese del francés (dice que necesitaba un descanso) y el traspaso de Cristiano Ronaldo a la Juventus. Desde entonces, nada ha sido igual en el Real Madrid, anunciando un fin de ciclo cuyos síntomas son las constantes crisis.

Florentino Pérez tardó tres años en armar un equipo campeón tras su vuelta a la presidencia. Se gastó el dinero con la llegada de Cristiano Ronaldo, Benzema, Modric, Varane, Kroos, Bale, Carvajal, Isco… que se sumaron a los Casillas, Ramos, Marcelo o Pepe. Alimentó aquella plantilla con los James Rodríguez, Kovacic, Morata, Lucas Vázquez, Nacho… como relevos de garantías. Mourinho sentó las bases de un equipo disciplinado; Ancelotti empezó a recoger los frutos y Zidane se coronó aprovechando la dinámica anterior.

LOS TRASPASOS DE PEPE Y CRISTIANO RONALDO

El Madrid ganó cuatro Champions en cinco años volviendo a reinar en Europa. Pero Florentino Pérez se empeñó en renovar aquella plantilla vendiendo a Pepe y Cristiano como símbolos principales. Después, en lugar de buscar relevos top prefirió jóvenes por formar y el declive se aceleró a partir de mayo del 2018. Los años no pasan en balde y esa columna vertebral que hizo realidad los sueños de su afición ha pasado a ser veteranos a los que se les exige más de lo que pueden dar. Zidane no ha sabido dar continuidad a los jóvenes relevos llegados al equipo y no precisamente a precios de saldo. 

La vieja guardia ya no compite como antes, aquejada de agotamiento cuando el rival de turno no es de primera línea. Este Madrid tiene un once titular de primera línea, pero los jóvenes no dan la talla. Pero lo peor es la mala imagen que dejan y que salpica a Zidane, el hombre milagro. Florentino Pérez necesita mover el árbol para que caiga la fruta madura y siembre para forzar los brotes verdes. El fin de ciclo es una realidad y los síntomas son la cadena de crisis de la que entran y sale de dos años y medio a esta parte. El Real Madrid está en una encrucijada, porque el relevo se antoja complicado si los recursos son limitados.