Un clásico que decide el otro finalista de la Supercopa de España

El Real Madrid inicia la defensa del título ante un Athletic ilusionado y que tiene el aliciente de tener a Marcelino

Zidane saldrá con el mismo bloque de siempre ante un rival que les esperará para salir a la contra

Real Madrid y Athletic se miden en la otra semifinal

Real Madrid y Athletic se miden en la otra semifinal / SPORT

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Todo un clásico en la segunda semifinal de la Supercopa de España entre el Real Madrid y el Athletic Club, el segundo partido más disputado en la historia del fútbol español con 236 encuentros entre Liga y Copa, pero inédito en esta competición. Los blancos defienden título ante un Athletic que tiene pendiente la final de la Copa del año pasado frente a la Real Sociedad, en un derbi vasco que se espera con ansiedad. 

Agarrarse a cómo llega cada equipo al partido puede ser engañoso, porque la balanza se inclinaría ligeramente a favor del Athletic por aquello de llegar más descansado y el Madrid con dudas, aunque por potencial serían los favoritos para colarse en la final. 

ENTRENADORES

Un encuentro que va a depender de la habilidad de Zidane y de Marcelino. Una partida de ajedrez en la que el francés utilizará sus piezas habituales y su estilo acostumbrado. El asturiano, siempre astuto, lleva menos de dos semanas al frente del equipo, pero se espera que plantee un partido básico, lo que más se le atraganta el equipo blanco: encerrarse para salir al contragolpe. 

Una estrategia que suena muy bien ante un rival plano cuando se encuentra murallas infranqueables a las puertas del área rival. Ese es el antecedente que se maneja para dudar de las posibilidades de los blancos tras estrellarse ante el Elche y el Osasuna, dos equipos que ocupan puestos de descenso, pero que arañaron un punto con un sistema tan elemental como efectivo. Muniain daba las claves de lo que Marcelino quiere de ellos: “Vamos a tratar de ser un equipo intenso y con ritmo, trataremos de mover la pelota de lado a lado y luego ser muy cuidadosos cuando ellos ataquen porque tienen jugadores de alta capacidad para resolver”.

La diferencia puede residir en que el potencial ofensivo de los leones es superior al de los ilicitanos y pamplonicas, y sus zarpazos pueden decidir una semifinal que ilusiona al vestuario bilbaíno. Zidane es consciente de los problemas ofensivos que tienen, pero es cabezota y su confianza infinita en que el partido no se les escapará con un poco de puntería. 

PEGADA

El Real Madrid vuelve a depender de que emane el talento dormido de sus delanteros. De que Benzema recupere la inspiración y menos de Hazard, aunque sin descartar algún latigazo del belga para abrir brecha. En lo que Zidane tiene fe ciega es en que el equipo siga funcionando como un bloque. En eso no tiene queja, más allá de las pifias defensivas habituales, de las que no se privan algunas de sus estrellas, como el adulado Ramos.

No se espera que el francés introduzca novedades respecto a los últimos onces, salvo el obligado relevo del lesionado Carvajal. Tiene la opción de Lucas Vázquez o de Nacho, que si juega desplazarí al gallego al puesto reservado para Marco Asensio. El resto del equipo sería el mismo que viene utilizando desde hace 10 partidos.

Con la única experiencia del choque del Barça, Marcelino ha tenido tiempo tras la suspensión del encuentro ante el At. Madrid para preparar a conciencia el enfrentamiento ante los blancos. El del Athletic esconde sus cartas, pero se espera que utilice el mismo once que jugó ante los de Koeman, y más sin recuperar a Yuri y Unai López, dos fijos de la etapa Garitano, que siguen lesionados.