Cinco razones que delatan a Cristiano Ronaldo

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Cristiano Ronaldo se encargó él sólo de amargar el merengue que disfrutaban todos los sectores del madridismo tras ganar la Champions League. “Fue muy bonito estar en el Real Madrid”, dijo nada más terminar la final ante el Liverpool. Una reacción incomprensible que responde a sus ganas de protagonismo, dolido con el club por no darle el cariño que cree merecer al no pagarle como al mejor, tras un partido en el que no apareció y en el que envidió a Bale, que fue el gran triunfador de una noche que esperaba reservada para él y que le acercara a ganar otro Balón de Oro que no merece.

EGÓLATRA CONSUMADO

Sus compañeros celebraban alborozados el título sobre el césped del Olímpico de Kiev, cuando el portugués quiso ser protagonista con un ataque mortal de egocentrismo. “¿Quién fue el máximo goleador otra vez? A lo mejor la Champions tenía que cambiar de nombre: ‘CR7 Champions League’”, lanzó ante el estupor de quien oía sus palabras en ‘beIN Sport’. El portugués se reivindica como un ególatra consumado que ha dejado frases egocéntricas: “Yo sé que al que le gusta el fútbol, le gusto yo”. “Quizás me odian porque soy muy bueno”. “Si Dios no agrada a todos, no les voy a agradar yo”.

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CHANTAJISTA EMOCIONAL

Es el tercer escándalo de relieve que protagoniza en el Real Madrid. El primero lo escenificó con una falsa tristeza; el segundo, cuando Florentino no cumplió la promesa de pagarle como el que mejor tras ganar en Cardiff la duodécima y el tercero, el pasado sábado cuando dejó perplejos a todos con ese “fue muy bonito estar en el Real Madrid” en plena celebración. Son tres chantajes emocionales con un trasfondo económico que siempre ha negado parapetándose en eso de que el mejor debe ganar el que más.

CELOSO PROFESIONAL

Bale le robó todo el protagonismo de la final y, de paso, borró el recuerdo de su chilena en Turín con otra tan buena o mejor y en el momento más importante de la temporada. El galés acaparó los primeros planos y eso le superó. Pero no es la primera ni será la última vez que dé la nota. A Marcelo, uno de sus mejores socios dentro del vestuario, estuvo tres meses sin hablarle porque el brasileño dijo que el mejor jugador del mundo era Messi. Su última cruzada es la pelusa que tiene ante el interés sin disimulo de Florentino por fichar a Neymar.

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ACAPARADOR DE TÍTULOS PERSONALES

Kiev era el escenario ideal para presentar su candidatura a su sexto Balón de Oro y el ‘The Best’ de FIFA, pero pasó inadvertido y fue de los más flojos del partido. De ahí que quisiera recordar al mundo que es el máximo goleador histórico de una Champions en la que bate récords. Pero se quedó a dos goles de los 17 que marcó hace cuatro temporadas. Sabe que ha perdido muchos votos para volver a presumir de lo bueno que es a costa de levantar trofeos individuales. El tiempo se le escapa entre los dedos camino de los 34 que reducen esas opciones de mantenerse en el trono.

UN IMPERIO QUE DISFRAZA POR CARIÑO

“Algunos fans me abuchean y silban porque soy guapo, rico y buen jugador. Me envidian”, dijo en la frase y altaneras más célebre de las muchas que ha pronunciado. Intenta huir de que le califiquen de pesetero, pero utiliza el dinero para conseguir sus fines, aunque él lo traduzca en “falta de cariño”. "Yo soy una persona mundial y todo lo que hago lo hago para el mundo, no sólo para un mercado. Y siempre fue así, desde el principio”, le dijo a la jueza que le interrogó en el caso de su presunto fraude fiscal. Cristiano ha montado un imperio con sus beneficios futbolísticos. Se mueve bien en el mundo de los negocios, pero no pierde la oportunidad de pedirle subidas salariales a Florentino Pérez cada vez que bate un récord.