El Chelsea puede ser la primera víctima tras la fuga de Cristiano Ronaldo

Courtois y Hazard han brillado en el Mundial

Courtois y Hazard han brillado en el Mundial / EFE

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

La fuga de Cristiano Ronaldo ha dejado a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, compuesto y sin su gran figura estas últimas nueve temporadas. En su búsqueda por fichar al relevo del portugués, algún club europeo puede verse desestabilizado. El Chelsea puede convertirse en su primera víctima, ya que puede quedarse de una tacada sin dos de sus mejores jugadores, Eden Hazard y Thibaut Courtois, que están en el punto de mira del Madrid.

El máximo dirigente madridista ha sondeado el mercado y ha comprobado que las opciones de incorporar a sus tres candidatos preferidos (Neymar, Mbappé y Kane) son nulas a día de hoy. Ni el PSG ni el Tottenham están dispuestos a negociar, así que al club madridista no le queda más remedio que esperar o buscar otras alternativas más factibles. Hazard ha visto su oportunidad y no ha dudado en ofrecerse descaradamente al Real Madrid.

cambio de aires

A sus 26 años y con contrato en vigor hasta junio de 2020, Hazard cree que ha llegado el momento de cambiar de aires y así lo dejó claro al concluir su participación en el Mundial: "Después de seis años maravillosos en el Chelsea, puede que sea la hora de descubrir algo diferente. Si me dejan salir, ya se sabe cuál es mi destino preferido", afirmó lanzando un claro guiño al Real Madrid.

El madiapunta belga sabe que su compañero Courtois lleva semanas negociando con el club madridista. Al portero le queda sólo un año más de contrato con el Chelsea y se ha negado a renovarlo, porque su prioridad es regresar a Madrid, donde residen sus dos hijos. Florentino Pérez no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad y ya está negociando la incorporación de Courtois, según ha desvelado la prensa belga. El conjunto madridista le ofrece cinco años de contrato a razón de 6,5 millones de euros netos por temporada.

Y mientras tanto, el propietario del Chelsea, Roman Abramovich, contempla la escena sin poder decir mucho. De golpe, puede quedarse sin dos de sus cracks.