Chantaje de Cristiano Ronaldo

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Si se busca una antología del disparate, Cristiano Ronaldo batiría el récord por sus inexplicables palabras en plena fiesta de celebración de la ‘Decimotercera’. 

Sus declaraciones fueron un jarro de agua helada con estalactitas afiladas que hicieron desaparecer el éxtasis que vivía toda su afición por la heroica racha de su equipo, y que ha indignado a todos los sectores del madridismo. Están hartos de que juegue con sus sentimientos, con su pasión, con su escudo, con la historia de su club para intentar estar por encima incluidos sus compañeros. Una afición castigada por sus excesos que empieza a pensar que “tanta paz lleves como descanso dejes”. Gracias por todo, pero adiós estrellita.

Da lo mismo que tras el calentón reculara en sala de prensa para repetir hasta en seis ocasiones que “el futuro de un jugador no es lo que importa ahora”. Da lo mismo. Fueron palabras sucias en un momento celestial que devolvió a cada cual a la tierra, a su sofá, al bar en el que vieron el partido con los amigos o a los 80.000 seguidores que se reunieron en el Bernabéu a los que dejó estupefactos como a los miles de madridistas repartidos por el mundo. Que nadie se engañe, ese es el verdadero Cristiano Ronaldo, tan letal en el remate como pérfido en la oratoria. Y no. A muchos no les extrañó. Los directivos y compañeros al frente. A los que viven cerca de su insoportable áurea. Seguro que en la distancia corta es un buen tipo, como afirman en el vestuario, pero también saben que son degradados si no piensan como él. 

la respuesta del vestuario

Sus compañeros ya pasan de sus pataletas de niño mal criado. Así se lo hicieron ver. Le afearon su demanda en un momento de éxtasis. “Pues nada, nos vamos todos y que vengan otros…”, ironizaba Ramos, al que nada altera las salidas de pata de banco del portugués. Todos están convencidos de que “si hubiera marcado no hubiera dicho nada”, como asegura ‘Marca’ que se comentaba en las entrañas de la caseta. Lo peor fue el regreso para los miles de madridistas desplazados a Kiev, que centraron sus tertulias en las polémicas palabras del que era su referente.

A los que menos sorprendió fue a los directivos. Lo que no esperaban es que llegaran en mitad del confeti minutos antes de alzar la ‘orejona’. Los más indignados son los aficionados, que se lanzaron a las redes sociales con el cuchillo entre los dientes para atacarle. “Ni un día más dependiendo de un megalómano”, se podía leer entre los miles de mensajes entre los que se colaba el regocijo de las aficiones rivales: “Como me alegro de que sean los propios madridistas los que estén en contra de Cristiano, algo bueno tenía que tener esta noche ¡por dios!”. “Estamos hasta las narices de sus llamadas de atención... Encima no es la primera vez que lo hace que es lo peor de lo peor…”, recordaba otro. Muchos seguidores se siguen preguntando si jugó en Kiev; otros hablan de su cuesta abajo y los más fieros le adjetivan de “tronco” o “paquete”.

la prensa, muy dura

También la prensa de la capital se preguntaba a cuento de qué venía esa explosión de infidelidad. Las columnas de opinión se perdían en analizar la metedura de pata del portugués más que en hacer uso de la riqueza del castellano para ensalzar la hazaña de una etapa de época. “Una alegría que cortó Cristiano”. “Ángel y demonio”. “Unas frases en fuera de juego”. “¿Dónde vas Cristiano”. Incluso ‘Marca’ hacía una encuesta con cinco preguntas: el 52% cree que se quedará; el 89%, que se equivoca en el momento de sus demandas; el 79%, que no tiene motivos para estar descontento; el 62% no aprueban que el Real Madrid haga un esfuerzo para que se quede; y el 31% lo vendería por más de 200 millones de euros.

unanimidad total

Una cosa ha logrado Cristiano, poner de acuerdo a todo el madridismo. Eso sí, le ha dado una ventaja a Florentino Pérez para la cumbre anunciada antes del Mundial. El presidente no traga con sus chantajes y siempre ha valorado la opción de venderlo: “Si te vas, trae el dinero para fichar a Messi”. Sería un negocio redondo por un futbolista de casi 34 años que si no suma dispara hacia dentro como hizo tras ganar la cuarta Champions en cinco años y la trece en la historia madridista.