El Barça derribó el muro de Rudiger

Es un defensa imponente, que cometió errores de bulto que retratan ciertas carencias para sacar el balón jugado

Es el primer suplente de Ancelotti en cualquier puesto, desbancando a Nacho tras llegar gratis y brillar en el Chelsea

Rudiger con Lewandowski

Rudiger con Lewandowski / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Antonio Rudiger es de los jugadores peor parado de la final de la Supercopa de Riad. El ataque del Barcelona desnudó ciertas carencias, pero más por sus limitaciones futbolísticas que defensivas, porque malos días los puede tener cualquier y se puede fallar en acciones puntuales como ocurrió ante los azulgranas, pero descubrir que es un jugador al que le cuesta sacar el balón jugado desde atrás es otro cantar. Esas dudas con el balón en los pies es la peor noticia para ser central de un equipo como el Real Madrid, carencias que no se perdonan.

Varane también se apoyaba e Sergio Ramos para descargar esa responsabilidad de mover el balón desde la defensa, y Rudiger parece tener las mismas dificultades que el francés, al que el Madrid promocionó para acabar vendiéndolo al United por 50 millones de euros. El club blanco tenía a Militao como sustituto del galo, y el brasileño está demostrando ser mejor central que el francés. Después se fue Ramos, al que no renovó, y fichó gratis a Alaba, que ha dejado patente que es seguro con el balón en los pies. Y este verano ha llegado Rudiger por la misma vía, gratis, cuando el Madrid no lo necesitaba teniendo a Nacho.

POLIVALENTE EN DEFENSA

El central alemán llegaba tras brillar en el Chelsea donde formaba tándem con Christensen. Su poderío físico y envergadura le convierten en un defensa temido y respetado, que por alto (1,90 m.) es una garantía. Ha participado en 22 partidos de los 25 del Real Madrid, aunque ha sido titular en 14 y en 8 reemplazó a un compañero. Es el duodécimo jugador más utilizado por Ancelotti, que lo ha hecho jugar en todas las posiciones de la defensa cubriendo bajas puntuales de sus compañeros. Esa polivalencia le da la posibilidad de tener continuidad, pero sus actuaciones tampoco acaban de deslumbrar.

Ante el Barcelona hizo su peor partido desde que está en el equipo madridista. Se le achacan algunos errores graves, pero el que es preocupante fue en el del primer gol, el que abrió el camino del triunfo del Barça  y dejaba tocado a los blancos. El alemán acababa de chocar con Courtois, y en la continuación de la jugada intentó de sacar el balón jugado ante la presión del Barça. Le dio un pase envenenado a Camavinga y lo perdió ante Busquets y la rápida combinación con Pedri acabó en los pies de Gavi para superar a Courtois en la salida. También se le achaca un error en el 0-2 por no tapar bien el pase de Gavi a Lewandowski, una acusación gratuita porque tapó como mandan los cánones