Bale, el eterno señalado

Gareth Bale lleva tiempo lejos del Real Madrid. El Galés está en su peor momento desde que viste la elástica blanca. La afición se ha hartado y se queja, además de su "pésimo" rendimiento de esta temporada, de que nunca se ha acoplado al equipo ni quiere adaptarse a las costumbres del país. Fallón, frágil, inseguro, etc. Son muchos los adjetivos para señalar a Gareth Bale. Contra el Huesca volvió a fallar, con otro partido en el que no apareció y no resolvió las ocasiones de gol que tuvo -una la mandó a las nubes cuando solo tenía que empujar el balón a la portería-.

Florentino lo sabe y se ha quedado sin argumentos para defender su continuidad. Se quedó sin crédito la temporada pasada, pero lo recuperó con los goles en la final de Champions y le sirvieron para seguir un año más. Un movimiento que no gustó a Zidane, que además perdió al portugués Cristiano Ronaldo y empujó al francés a irse del Madrid. Pero sin Champions, Copa y Liga, el galés ya no tiene ninguna competición para demostrar que sigue siendo clave en este conjunto.

Se termina la etapa de Bale en el Real Madrid. Su salida es inminente y ahora, junto a Kross, podría ser moneda de cambio: El United estaría dispuesto a desprenderse de Pogba si recibe a ambos jugadores. Si finalmente no se llegara a un acuerdo y el jugador recala en otro conjunto, la salida de Bale dejaría dinero y un hueco en una plantilla que necesita a un jugador más comprometido y decisivo.

Bale se ha quedado sin crédito. Los pocos defensores que tiene siguen agarrándose al pasado, en parte, por sus goles clave que dieron algunos títulos. Pero ahora sin ninguna competición, su tiempo en el Madrid se ha terminado. Pese a tener contrato hasta 2022, las lesiones, sus 30 años y su baja forma le obligan a abandonar la disciplina blanca.