Atlético-Real Madrid: a por una remontada que reescriba la historia

El Atlético necesita una gesta para levantar el 3-0 de la ida

El Atlético necesita una gesta para levantar el 3-0 de la ida

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

La épica ante la lógica. El derbi de Champions reúne alicientes para que ambas partes crean en sus equipos. Los rojiblancos tiran de emociones y los blancos de respuesta futbolística. El 3-0 de la ida es un Everest cuando es el Madrid el que tiene ventaja. Una cumbre que el Atlético se siente capaz de escalar sin oxígeno y en pleno invierno ante cualquiera, pero más ante el vecino, ante el que siente una  profunda tirria que bordea al odio y que eleva su estado de superación. Una animadversión alimentada por los últimas afrentas que espera cobrarse con una venganza fría pero devorar caliente. Esa guerra pasional tiene que trasladarla al césped, a hacerse amigo del balón antes que las estrellas contrarias, capaces de anular tanta adrenalina con solo tres pases o la simple voracidad de un tipo como Cristiano, experto en romper sueños.

Simeone es un avezado motivador de lo interno y de lo externo. Diestro en arrancar a golpe de frase y consignas hasta la última gota de sudor y sangre de sus hombres, de enrojecer las manos de su afición hasta despellejarlas, de alentar los gritos de la grada hasta la afonía. Esa es la gran fuerza del técnico argentino. Si él cree todo el universo rojiblanco también. No se paran en pensar lo que habrá enfrente. Solo en que el destino les debe una contra ese maldito enemigo. Un enemigo que siempre ha sido un toro peligroso, que ha sabido evitar en plaza europea verónicas, pases de pecho, banderillas y, sobre todo, estocadas finales. Es más, buscará su estocada para apagar el fuego de un tendido cuyo corazón rabia y exige más que nunca esa alegría que le devuelva al sitio que creen merecer hasta que se cruzara el Miura blanco.

 En la ida fue Zidane quien impuso la suya. Su estrategia anuló las virtudes rivales, negándoles el balón y cerrando los pasillos por donde hacen daño. Una táctica valiente a la que Simeone no pudo o no supo dar respuesta. Hoy ha cargado pilas. Ha analizado situaciones y sabe que tendrá que arriesgar, sin prisa pero sin pausa, para dar la vuelta a la tortilla. Tiene a sus mejores gladiadores. A los que se saben de carrerilla los secretos tácticos de un equipo que ha sorprendido al mundo, y en base a la perfección de esa filosofía buscará la épica que quede para los anales de la historia del club, despidiendo unos cimientos mudos que han escrito la vida rojiblanca desde 1966. El objetivo es no encajar y buscar los resquicios que cambien la dinámica anímica de los protagonistas. Encontrar el punto que haga entrar en pánico al Madrid y que la grada eche el resto para marcar y hacer efectiva la hazaña. El desenlace, esta noche. Pase lo que pase, los dos merecen ser finalistas en una competición en la que han sido protagonistas.