A Ancelotti le funciona un plan que no seduce

El madridismo celebra el triunfo sobre el Barcelona, pero no convence las formas de ejecutarlo

A este Madrid le falta el instinto depredador del Barça de Messi y sale adelante con un plan resultadista

Celebrado triunfo de los jugadores del Madrid

Celebrado triunfo de los jugadores del Madrid / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Los madridistas sacan pecho por eliminar al Barcelona en la semifinal de la Supercopa de España, pero menos de lo que muchos anunciaban. Apostaban a que pasarían por encima del equipo de Xavi e incluso preveían una goleada. Pero a este Madrid le falta el instinto depredador del Barça de Messi, peca de resultadista y, sobre todo de cobardica, aunque le busquen sinónimos refugiándose en la victoria. Se encomiendan a Vinicius y a Benzema a los que les falta un compañero para tener un ataque imparable.

A Ancelotti le funcionó un plan que no seduce a todo el madridismo, aunque acabó complacido por el triunfo y confirmó que tiene la mejor pareja de ataque de la actualidad. El italiano diseñó un guión al servicio de Vinicius y Benzema para golpear al contragolpe. Un plan que no falló creando claras ocasiones de gol a la contra. A cambio concedió la posesión a un rival al que le faltó lucidez en los metros finales pese a llevar la iniciativa.

DEFENDERSE Y CONTRAATACAR

Un estilo que no acaba de convencer porque el madridismo sabe que su equipo es mucho más que solo defender y contraatacar. Así se entiende que sufra contra los modestos cuando desempeñan ese papel defensivo que le niega los espacios, como hicieron los blancos contra los azulgranas. Pero el plan funcionó por el talento de sus dos delanteros. El tercer atacante Asensio volvió a defraudar, en un partido en el que podría haber confirmado que ha llegado para quedarse tras su gran encuentro ante el Valencia.

Ancelotti no arriesgó nada, renegó de la presión y con ello de tener el balón, una de las señas de identidad del Madrid más reciente. Salió bien de la presión del Barça al principio, pero el plan le duró hasta el 0-1, a partir de ahí se ahogó en la salida de balón. El Barça creció y llevó al límite a los blancos, que sobrevivieron a costa de contragolpes cuando superaba el bloque alto azulgrana, para llegar en avalanchas y cerrar el partido sin dar rodeos y encontrando el camino más directo.