El alirón, a tiro de una victoria

Zidane: "Va a ser el partido más difícil"

Zidane analiza cómo llega el equipo al trascendental encuentro ante el Villarreal / EFE

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Tres puntos. Eso es lo que necesita esta noche el Real Madrid ante el Villarreal para cerrar la Liga. Otra final, la décima, para los de Zidane, que lo han ganado todo desde el desconfinamiento. Un mes largo en el que han hecho un ejercicio de fe y voluntad para destacar del resto. No han necesitado hacer un fútbol prodigioso ni vistoso, les ha bastado centrar el trabajo en el juego de equipo, en la unión sin ahorrar una gota de sudor para blindar su portería y rentabilizar los goles. Enfrente tendrá al Villarreal, otro de los destacados tras el regreso, que se ha hecho un hueco a golpe de juego y goles para volver a Europa.

A los de Calleja le separa un punto para asegurarse el puesto. Saldrán a por él sin complejos, como han hecho en sus último nueve partidos con el hándicap, quizá, de haber afrontado el calendario más complicado de todos. Se ha medido a los rivales de los puestos altos de la tabla salvo el Atlético de Madrid. La única duda del técnico amarillo es si quemar todas las naves ante los blancos o reservarse para el último partido ante el Eibar.

Centrados en ganar

Al Real Madrid le basta con hacer lo mismo que haga el Barcelona en su visita a Vitoria. Si se da esa circunstancia, será campeón incluso perdiendo. Pero Zidane está en otra cosa. Ni hace matemáticas ni se asoma a la tapia donde esté jugando el Barça, solo se centra en lo que tienen que hacer sus jugadores para ganar y redondear una recta final de Liga excelente. Aísla de todo a su gente y acepta críticas o halagos, las oye pero no las escucha.

Esa es su filosofía, y luego que sus jugadores se centren en hacer el trabajo confiando en la calidad que tienen para marcar las diferencias. Pero el Villarreal es un equipo jugón, que le gusta tener la pelota y que golpea con precisión en ataque, aunque tenga que dejar la retaguardia desguarnecida. Pero se le ha dado bien el Real Madrid en los últimos enfrentamientos, con una única derrota y cinco empates.

En racha a domicilio

A los blancos parece que se les atraganta la agilidad del juego amarillo, su despliegue ofensivo y su juego de toque desquicia a los blancos a los que hacen sufrir más de la cuenta. A esto se suma que los de Calleja vienen de ganar sus últimos cuatro partidos a domicilio, tres sin recibir un gol, una buena racha que intentará alargar en el Di Stéfano y lograr algo que no ha conseguido todavía en Primera. Un partido atractivo más allá de lo que haya en juego, que es mucho.

Zidane mantendrá el bloque que ganó en Granada y es posible que repita con cuatro centrocampistas, con Valverde por Isco para presentar batalla en la medular en caso de que Calleja decida sacar todo su armamento. Duda si dar descanso al eterno Cazorla y si pondrá a Alcácer con Gerard o reservarlos para el domingo. La duda blanca es el compañero de Benzema en ataque que podría ser Hazard, Rodrygo, Vinicius o Asensio