Y ahora espera Lopetegui

Ya lo dicen que la vida da muchas vueltas. Once meses después de ser desterrado del Real Madrid, Julen Lopetegui se medirá este fin de semana a su exequipo, que llegará al Sánchez Pizjuán con el imperativo de ganar para aligerar la crisis deportiva que acecha al conjunto blanco.

Sevilla será la primera parada en el exigente calendario que le espera al equipo entrenado por Zinedine Zidane, que en menos de dos semanas disputará cinco partidos. Algunos de ellos, de gran exigencia. Tras visitar Nervión este domingo, los madrileños recibirán en casa el miércoles 25 a Osasuna antes de medirse al Atlético en el Wanda Metropolitano el próximo 28 de septiembre.

Después llegaran dos compromisos ‘a priori’ más sencillos, el martes 1 de octubre en casa frente al Brujas y el sábado 5, también en el Bernabéu, frente al Granada.

Todo ello, antes del parón de selecciones del segundo fin de semana de octubre, al que más les vale a los blancos llegar con síntomas de recuperación. De lo contrario, la espera se les podría hacer muy larga, más aún cuando en la capital ya empieza a sonar con fuerza el nombre de José Mourinho. 

Un rival exigente

Pero vayamos paso a paso. Primero, el Sevilla. El cuadro hispalense, actual líder de LaLiga con un punto de ventaja sobre el Atlético, todavía no sabe lo que es perder este curso en el torneo de la regularidad. Los de Nervión acumulan tres victorias (0-1 ante Alavés, 0-1 contra el Granada y 0-2 en el RCDE Stadium) y un empate (1-1 frente al Celta en casa). 

El Real Madrid, en cambio, no sido capaz de encadenar dos victorias consecutivas esta temporada y en liga suma dos empates (1-1 ante el Valladolid y 2-2 frente al Villarreal) y dos triunfos (1-3 contra el Celta y 3-2 en casa ante el Levante). Todos ellos, rivales de menor entidad que el conjunto que dirige Julen Lopetegui.

De hecho, el primer rival exigente para los blancos este curso fue el PSG y ya sabemos cómo acabó la película. Asimismo, a la opuesta dinámica de juego y resultados con la que ambos llegarán a la cita habrá que añadir otro factor: el cansancio. Zidane alineó en París prácticamente al mejor once que tiene a disposición, mientras Lopetegui introdujo siete cambios en el compromiso europeo frente al  Qarabag. Un detalle, otro más, que no invita al optimismo en la Casa Blanca.