Guerra abierta en el Rayo Vallecano entre la afición y Martín Presa

El Rayo Vallecano sigue viviendo una espiral de sucesos rocambolescos en torno a la figura de su presidente y afición

El clima social es insostenible, acentuado por la contratación de Carlos Santiso, y ya comienza a afectar dentro del terreno de juego

Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano

Martín Presa, presidente del Rayo Vallecano / EFE

EFE

La última derrota frente a Osasuna, unida a que una parte del fondo del estadio, donde se sientan Bukaneros, lució vacía, provocó que al término del encuentro varios aficionados del Rayo Vallecano se volvieran al palco para criticar al presidente, Raúl Martín Presa, que respondió encarándose.

Esa imagen es el reflejo de lo que se vive en Vallecas y del estallido social que hay alrededor de la figura del máximo dirigente, que parece cada vez más distanciado de la afición en todos los aspectos y en un callejón sin salida que ya salpica al equipo.

"Nos afecta mucho esta situación pero hay que mirar el césped y no coger el atajo fácil porque no es excusa, aunque es cierto que el ambiente afecta porque todo el mundo está pendiente de otras cosas. No sé cómo solucionarlo, solo sé que al equipo le perjudica y no puedo decir mucho más", dijo Andoni Iraola, entrenador del Rayo, al término del partido ante Osasuna.

Esa situación ya la advirtió también hace unos días el capitán del primer equipo, el argentino Óscar Trejo, justo antes de las semifinales de la Copa del Rey.

"La situación no es la adecuada entre la afición y la directiva. La gente sabe que estamos a muerte con ellos y lo vamos a seguir estando porque lo que hacen es impresionante. Hay que intentar que se solucione pronto todo", señaló Trejo.

Esas declaraciones se produjeron el pasado 2 de febrero, tras ganar al Mallorca en cuartos de la Copa, en un partido en el que los aficionados del fondo entraron con el partido empezado, sin banderas, bufandas ni camisetas, todas requisadas, según el club, porque "no se puede llevar nada que contenga el símbolo, lema o alusión a Bukaneros".

Una semana después, para el histórico partido de ida de semifinales de la Copa del Rey, pareció que las aguas volvían a su cauce, pero fue un espejismo. Para ese día el presidente ofreció gratis las entradas para los abonados, toda la afición animó al unísono y el ambiente fue espectacular.

Contra Osasuna, solo 72 horas después, se reavivó la guerra. Hubo enormes colas para acceder al estadio en todas las localizaciones, lo que provocó el malestar de la afición, y en el fondo Bukaneros volvieron a ser cacheados con minuciosidad por la Policía Nacional. Al final, su decisión fue la de "abandonar el estadio porque no les dejaron otra opción", según dijeron en sus redes sociales.

El Rayo respondió con un comunicado señalando a la Coordinadora de Seguridad del operativo de entrada en esa zona del estadio. "Dos horas antes del partido, la Coordinadora de Seguridad le indicó al Jefe de Seguridad del Rayo que no permitiera entrar ninguna prenda de vestir que llevase cualquier lema, símbolo o alusión relacionada con "Bukaneros", a lo cual el club se negó y le contestó que estábamos a la espera de la contestación vinculante sobre dicho asunto por parte de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, y que si la seguridad privada del Club debiera proceder de distinta manera a la que nos marca dicha Comisión, lo comunicase la Coordinadora de Seguridad por escrito, hecho que no se produjo".

Este nuevo capítulo de la guerra entre afición y directiva es solo uno más de los que se vienen produciendo desde el principio de temporada en el Rayo por temas como los plazos para renovar los abonos, el estado de conservación del estadio, el trato hacía los equipos de cantera y la Fundación o más recientemente la contratación de Carlos Santiso para el equipo femenino tras conocerse unas desafortunadas e injustificables palabras machistas del entrenador en un grupo de wasap.

A esta guerra abierta que se vive en el Rayo tampoco ayuda la situación deportiva. Pese a que tiene 31 puntos, está en mitad de tabla y aún ve el descenso lejos, el equipo encadena cinco partidos en Liga -cuatro derrotas y un empate- sin ganar y en Copa, tras la derrota en la ida frente al Betis, la euforia se ha desinflado.

La realidad es que el clima social es insostenible y ambas partes, afición y directiva, deben sentarse a dialogar y tratar de buscar una solución que no siga afectando al equipo y separando aún más al verdadero alma del club, su hinchada.

El ambiente que se vive en el Rayo es algo que está sorprendiendo a los entrenadores visitantes, conocedores por otras ocasiones de lo difícil que era jugar en Vallecas y lo cómodos que ahora se sienten en su estadio.

La próxima cita del Rayo en Vallecas será el sábado 26 de febrero. Será el derbi contra el Real Madrid. ¿Estarán Bukaneros, habrá animación o se seguirá agrandando la brecha en la relación entre afición y directiva?. Esa pregunta, a día de hoy, no parece tener respuesta.