Primeros minutos de locura de Messi

Messi disputó los últimos 25 minutos del partido ante el Stade de Reims en medio de una enorme expectación

Su llegada a Reims desbordó las previsiones, con la afición enfervorecida, y ya en el campo compró la dureza de su nuevo fútbol

Parece un sueño, pero es una realidad... Así ha sido el debut de Leo Messi con la camiseta del PSG

Parece un sueño, pero es una realidad... Así ha sido el debut de Leo Messi con la camiseta del PSG / Twitter

Jordi Gil

Jordi Gil

El mundo del fútbol ha vivido una jornada histórica con el debut del mejor jugador de todos los tiempos con una camiseta distinta a la del Barça. Leo Messi disputó sus primeros 25 como jugador del PSG envuelto de una expectación que superó todos los límites, con el público francés enloquecido y un despliegue mediático sin precedentes en un país donde el rugby es el deporte rey. Fueron 25 minutos en los que todas las miradas estuvieron puestas en Messi, quien se dio cuenta que a partir de ahora será seguido con lupa... y que también tendrá que lidiar con la dureza del fútbol físico galo.

Messi se quedó de entrada en el banquillo viendo como Mbappé inauguraba el marcador con un cabezazo. Leo se sentó con la mascarilla del PSG protegiéndole y en el primer tiempo se le vio relativamente tranquilo. Su nerviosismo subió tras el descanso y las ganas de salir al campo le podían. Sus piernas no paraban de moverse, mientras conversaba con su compatriota Paredes. 

Tenía las botas desabrochadas, pero rápidamente se ató los cordones cuando Mauricio Pochettino lo mandó a calentar a los diez minutos del segundo tiempo. Messi calentó otros diez minutos, muy pendiente de lo que pasaba en el campo, mientras en la grada se generaba un ruido ensordecedor. El debut de Leo se acercaba.

Finalmente llegó el momento. Messi y Ander Herrera fueron los elegidos por el técnico del PSGpara ingresar al rectángulo de juego justo cuando Mbappé anotó el segundo gol. 

El cambio tuvo una escenificación medida y mediática. Neymar Junior fue el elegido. El brasileño esperó pacientemente al lado del cuarto árbitro hasta que levantó su cartelón. El momento del abrazo con Messi debía quedar inmortalizado. Leo sonrió, se fundió con su amigo y empezó a disfrutar del fútbol.

Messi comprobó la dureza del fútbol francés

Messi compró la dureza del fútbol francés / Reuters

Leo se colocó en la zona de tres cuartos, se dedicó a combinar con sus compañeros. Jugó fácil, a un toque o dos para mantener la pelota con el marcador favorable y enfriar los ánimos de un Stade de Reims que ya corría a la desesperada.

Messi y Mbappé se buscaron fugazmente y el rosarino comprobó la exigencia física del nuevo campeonato. El zimbaueño Marshall Munetsi lo agarró por el cuello de forma muy peligrosa y vio de cerca como Mbappé era goleapo violentamente en una acción que el árbitro solucionó con una simple tarjeta amarilla.

El mejor negocio tal y como se había puesto el partido con palos constantes era acabarlo sin ningún percance. Mbappé quería el hat-trick y cada vez que pudo disparó sin mirar si Leo estaba a su alrededor.

Messi completó sus primeros 25 minutos con el PSG visiblemente cansado después de una inactividad que se alargaba desde la conquista de la Copa América. Los rivale le saludaron, así como sus compañeros, aunque compartió focos con Mbappé.

Revolución en Reims

La presencia de Messi en Reims revolucionó la vida de la pequeña localidad de 184.000 habitantes, que se encuentra a apenas 140 kilómetros de París. La Gendarmerie acordó la puerta del hotel de concentración, donde ya se concentraron decenas de aficionados a la llegada del autobús del equipo. El jugador saludó de lejos los muchos hincas que gritaban su nombre y podían grabar en sus teléfonos móviles a la figura del crack argentino.

La escena se repitió cuando los parisinos se dirigieron al estadio Auguste Delaune. Dos horas antes del inicio del encuentros, las calles adayacentes ya estaban repletas. Todo el mundo quería ver de alguna manera o de otra al crack. Ni que fuera de muy lejos o a través de la ventana del autobús.

Ya en el estadio, el PSG se encontró rodeado de una expectación máxima. Los partidos del Stade deReims son seguidos habitualmente por unos 20 periodistas y, para esta ocasión, se habían citado unos 150. El debut de Messi en la Ligue1 fue un suceso histórico que debía quedar recogido con la magnitud que merecía. Francia volvió a vibrar con el fútbol.