Winks salva a Llorente y al Tottenham en Craven Cottage

Winks, el héroe 'spur' de la jornada

Winks, el héroe 'spur' de la jornada / AFP

Sebastián Vargas Rozo

El Tottenham obtuvo una victoria 'in extremis' al vencer en campo del Fulham por 1-2 gracias a una agónica anotación de Harry Winks en un partido tan trágico como épico para los dirigidos por Mauricio Pochettino, pues los suyos sufrieron una lesión y un autogol de Llorente.

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Premier League - Jornada 23

1
2
Alineaciones
Fulham
Sergio Rico; Odoi, Le Marchand, Ream; Christie, Chambers, Seri (Cissé, 80'), Bryan; Schürrle (Kebano, 72'), Babel (Sessegnon, 55'), Mitrovic.
Tottenham
Lloris; Alderweireld, Dávinson, Vertonghen; Trippier, Eriksen, Winks, Rose; Lamela (Dier, 79'), Alli (N'Koudou, 86'), Llorente.

La lesión de Harry Kane dejó el camino libre a Llorente para que pueda hacerse dueño de la delantera 'spur', al menos, por los dos meses de recuperación que tendrá el delantero. Y sí que tuvo injerencia en la portería... pero, para su infortunio, resultó ser en la propia.

Un córner lanzado desde la derecha a los 17' obligó a la intervención del exAthletic, que quiso despejarla con zurda y terminó dejándola dentro de las piolas de Hugo Lloris, sin opciones ante la cercanía del remate. Autogol y partido cuesta arriba para los de Pochettino en el Craven Cottage ante un firme Fulham.

Tuvo que esperar hasta después del descanso para poder conseguir la equidad en el tanteador. Christian Eriksen mandó una pelota teledirigida al área y Dele Alli solo tuvo que dejar su cabeza ante una ilusionante igualada. Minutos después el propio Alli tuvo que abandonar el campo por una molestia muscular y asusta de cara a los octavos de Champions que tendrán ante el Dortmund en tres semanas.

Con 40 minutos por delante para obtener la remontada, el Tottenham dejó todo para última hora. Tiene un sabor especial. Harry Winks lo comprobó llegando al área a rematar un envío desde izquierda del recién ingresado N'Koudou y viendo como su remate se metía en la portería de Sergio Rico cuando el reloj marcaba los 92'48'', apenas doce segundos antes del final del tiempo reglamentario.