Un West Ham de Champions

Quién le iba a decir a un aficionado ‘Hammer’ que el West Ham iba a estar en puestos de Champions a falta de ocho jornadas para el final de la Premier. Era algo impensable al inicio de temporada, más si cabe con los problemas institucionales que arrastraba el club e incluso con rumores de ruptura dentro del vestuario. Pero ahí están, cuartos clasificados.

David Moyes ha logrado construir un equipo sólido, capaz de pelear por grandes objetivos y de ir ganando 0-3 en el Molineux Stadium al filo del descanso. Primero Lingard, que está en plena resurrección como futbolista en su cesión al conjunto londinense, y después Fornals y Bowen dejaron visto para sentencia el encuentro.

Solo una jugada estratosférica de Adama justo antes de la media parte permitió a los Wolves recortar distanca por mediación de Dendoncker. El extremo español hizo uso de su mejor atributo, recogió el balón en su propia frontal del área y empezó a conducir hacia el área rival como si no hubiera un mañana. Nadie fue capaz de pararlo. Además, después de la interminable carrera, llegó a línea de fondo y sirvió un centro medido a la cabeza del centrocampista belga.

El gol de Fabio Silva en la segunda mitad puso emoción al encuentro, pero este West Ham compite como pocos esta temporada. Se mantuvo firme, juntó líneas, y consiguió sellar el encuentro desde la defensa.

Tropiezo del Everton

Lo tenía en su mano el conjunto de Ancelotti para empatar a puntos con Tottenham y Liverpool y meterse de lleno en la pugna por la Europa League y la Champions. Pero volvió a fallar. Una vez más dejó escapar puntos en Goodison Park, imperdonable para un equipo que tiene como objetivo entrar en competición europea.

James logró batir en la segunda mitad a un Guaita inconmensurable que volvió a ser el mejor de su equipo. Mantuvo vivo al Palace hasta el final del partido, cuando apareció Batshuayi para anotar el gol del empate apenas dos minutos después de haber ingresado en el terreno de juego. Ancelotti no daba crédito.