Mané: "¿Para qué quiero diez Ferraris, 20 relojes con diamantes y dos aviones?"

Mané no olvida de donde viene

Mané no olvida de donde viene / EFE

Alex Muñoz

El extraordinario jugador del Liverpool, Sadio Mané, no es una estrella normal y corriente. Con su sueldo millonario, y a tenor de lo que se puede observar en otros jugadores de la elite, el senegalés podría vivir adquiriendo todo tipo de lujos, desde coches a joyas. Sin embargo, el extremo nunca ha olvidado lo que tuvo que vivir antes de llegar a ser considerado uno de los jugadores más importantes del mundo. 

"¿Para qué quiero diez Ferraris, 20 relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué haría eso por el mundo?". Mané es claro, y plenamente consciente de que todo lo que ha nombrado podría adquirirlo sin problemas. Pero no es su estilo, no el de un chico que nació hace 27 años en Sédhiou, una ciudad de unos 25.000 habitantes cercana al río Casamanza.

En esa ciudad senegalesa Mané vivió una infancia marcada, como su juego, por la velocidad. Tuvo que crecer y madurar a marchas forzadas, sin poder saborear como se debe esta etapa de la vida: "Yo pasé hambre, trabajé en el campo, sobreviví a tiempos difíciles, jugué descalzo y no fui al colegio". Una realidad que, lamentablemente, no es única en el jugador del Liverpool, sino que la viven millones de chicos en el mundo, especialmente en África. 

En declaraciones al portal "nsemwoha.com", el ex del Southampton ha confirmado que en ningún momento se ha olvidado de todo por lo que tuvo que pasar, y, en la medida de lo posible, quiere ayudar a que cada vez menos personas vivan lo mismo que vivió él: "Hoy, con lo que gano, puedo ayudar a la gente. Construí escuelas, un estadio, proporcionamos ropa, zapatos y alimentos para personas en extrema pobreza. Además, doy 70 euros al mes a todas las personas en una región muy pobre de Senegal para contribuir a su economía familiar". 

Así es Sadio Mané, una estrella que, pese a vivir ahora rodeado de éxito y ganando millones de euros, no ha olvidado nunca todas las situaciones extremadamente duras por las que tuvo que pasar en su Senegal natal y que le han forjado como persona.