"Los clubes no ayudan a la salud mental de sus jugadores"

Lennon, ingresado por problemas mentales

Lennon, ingresado por problemas mentales / EFE

Pol Ballús

El fútbol volvió a darse cuenta que a veces él mismo importa poco con la noticia de Aaron Lennon. El extremo del Everton de 30 años, exinternacional inglés, está siendo tratado por una enfermedad mental producida por el estrés, tal y como confirmó el propio club. Su situación ha reactivado en Inglaterra el debate sobre el cuidado de la salud psicológica de los futbolistas.

El Telegraph publicó esta semana un reportaje en el que, desde la Asociación de futbolistas de Inglaterra (PFA), afirmaban que los clubes no apoyan lo suficiente a sus jugadores cuando se trata de su bienestar emocional. “Se potencia el aspecto físico por encima del aspecto mental”, afirmó Michael Bennet, directivo de la PFA. En la misma línea se mostró el técnico del Burton, de segunda división, Nigel Clough, hijo del mítico Brian Clough.

“Los clubes hacen mucho para preparar a sus jugadores para jugar martes y sábado, estar en forma, pero no se hace suficiente para tenerlos mentalmente preparados. (…) Hay suficiente dinero para mejorarlo”, sentenció Clough.

En este sentido, la PFA creó un departamento exclusivo para el bienestar psicológico de los futbolistas, así como creó una red de profesionales para ayudar a los futbolistas en este aspecto. Sin embargo, el fútbol requiere que todos sus agentes implicados se impliquen para abordar estos problemas.

Michael Johnson, precedente en el Manchester City

Michael Johnson, precedente en el Manchester City

Un caso con algunas similitudes al de Aaron Lennon lo vivió hace cinco años una de las mayores perlas de la cantera del Manchester City. Su nombre era Michael Johnson. Debutó con el primer equipo en 2006 y a los 20 años estaba ganando 25.000 libras semanales. El Liverpool amenazó con pagar la cláusula de un jugador al que Sven-Goran Erikson llamó “la próxima gran estrella inglesa”.

El jugador no fue capaz de digerir su situación. En 2012 acumulaba tres accidentes de tráfico, múltiples multas por alcoholemia y le retiraron la licencia. Este mismo año, rescindió su contrato con el club, dejando el siguiente mensaje: “Estoy enfermo. He estado bajo tratamiento mental en hospitales. Agradecería que a partir de ahora pudiera estar solo para vivir el resto de mi vida”.

Desde entonces, Johnson no ha vuelto a jugar al fútbol profesional. Se recuperó y abrió un negocio en Didsbury, barrio de Manchester. Su establecimiento aún funciona, y Michael ha seguido adelante con su vida. Aún así, su diagnóstico es crítico y claro: “La gente de este mundo a veces olvida que somos humanos. Desafortunadamente, esto es una industria sobre ‘el más fuerte’. Hay gente a la que le funciona la presión, y otras personas más introvertidas que no lo podemos afrontar igual”.