El Liverpool hace aguas

Por los mares de la Premier navegaba raudo un barco firme de color rojo y de nombre Liverpool. El capitán, Jürgen Klopp, aficionado al rock pesado y frenético, parecía tenerlo todo controlado. Su perseguidor más amenazante, la embarcación celeste de Pep Guardiola llamada Manchester City, corría siete puntos por detrás. Pero cuando ambos se enfrentaron en lo que fue el primer partido de 2019, el técnico catalán demostró más destreza al maniobrar el navío.

Hoy, dos meses después, es el buque mancuniano el que manda la parada. Aunque solo sea un punto de ventaja, la sensación es que los ‘reds’ hacen agua. El empate en el derbi de Merseyside ante el Everton de Digne, Mina y André Gomes dejó el liderato en el aire para que los de Guardiola se adelantaran en la carrera por la Premier.

“Seguiremos luchando por el título hasta el final”, dijo Andy Robertson, lateral zurdo de los de Anfield. Pero no preocupa la voluntad, que no se pone en duda: en Liverpool lo que llama la atención es el nivel de sus futbolistas y el poco recambio con el que cuentan.

LA PRESIÓN PASA FACTURA

“A veces tienes una ventaja y todo el mundo dice que ya está hecho 20 juegos antes del final de la temporada. Mantener la calma en estas situaciones fue muy fácil”, apuntó Klopp en conferencia. El técnico alemán es consciente de lo nervioso que pone al aficionado ‘red’ verse en el top de la tabla. Desde 1990 el Liverpool no consigue el título liguero; es decir, en Anfield nunca han celebrado el cetro de una Premier. Leyendas como Steve Gerrard o Jamie Carragher nunca fueron capaces de gritar ‘campeón’ de la liga inglesa con el club de sus amores.  

La plantilla con la que cuenta ahora está liderada por valores jóvenes. Alisson, Van Dijk, Firmino o Mané, piezas clave en el equipo, no sobrepasan los 27 años, situación que contrasta con ver los experimentados David Silva, Kompany o Agüero, todos ya campeones de Premier, liderando al City de Guardiola.

SALAH NO ES EL DE ANTES

Quien otrora fuese candidato firme a ganar el Balón de Oro ha reducido ostensiblemente su nivel. En Goodison Park dejó ver su peor cara con dos mano a mano frente a Pickford que pudieron haber decantado el derbi en favor de los suyos. 

Pero una mala definición en la primera y una fatal demora en la segunda pintó de pies a cabeza la evidencia de su bajo nivel. En Anfield no saben qué Salah es el real: si el fenómeno que la temporada pasada les llevó a la final de Champions o este que no es diferencial. Le necesitan para no naufragar.