Kompany sale al rescate y da media Premier

Kompany celebró por todo lo alto su golazo

Kompany celebró por todo lo alto su golazo / AFP

Albert Gracia

Ni en el mejor guión podríamos esperar un final así. Tenía que ser Kompany. Tenía que ser el gran capitán. Trinchado por las lesiones y siempre en un segundo plano, el belga salió al rescate de la nave 'citizen' para acercar un poco más la Premier al Etihad. Kompany se inventó un zapatazo desde su casa para sellar un triunfo que pone al cuadro de Pep otra vez líder a falta de una jornada. El Liverpool era un poco del Leicester. La Premier es un poco más del City. 

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Premier League

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Alineaciones
Manchester City
Ederson; Walker, Kompany, Laporte, Zinchenko; Gündogan, David Silva (Stones, 91'), Foden (Sané, 56'); Bernardo Silva, Agüero (Gabriel Jesus, 87') y Sterling.
Leicester
Schmeichel; Pereira, Evans, Maguire, Chilwell; Choudhoury; Albrighton (Gray, 85'), Ndidi, Tielemans (Barnes, 75'), Maddison (Iheanacho, 80'); Vardy.

Una final como esta hay que ganarla como sea. Y eso hizo el cuadro de Pep. Aunque ya no te puedes fiar ni de los que no se juegan nada. Año tras año, el fútbol demuestra que de poco te vale el nombre si no plasmas la superioridad sobre el terreno de juego. Apareció el Leicester con piel de cordero en el Etihad pero rápidamente se convirtió en un feroz zorro con las garras afiladas. Por algo les llaman 'foxes'.

Rodgers trazó un plan, buscó quitarle el dominio aplastante al City y aparecer por la meta de Ederson. La receta no le pudo salir mejor en la primera mitad. El City salió, fiel a sus principios, en busca del esférico para amasarlo y cuidarlo. Tocaba ganar y para Guardiola todo pasa por ser el dominador. Aun así, el Leicester ya no es aquel equipo contragolpeador de antaño y carburó a la perfección al son del esférico.

Posesiones más y más largas de los 'foxes' dejaban a Guardiola con un rostro de constante intranquilidad que se fue despejando poco a poco. Y es que el City tardó hasta media hora en adueñarse del partido. Cierto es que el Leicester no puso en excesivos apuros a Ederson más allá de las constantes subidas de Pereira, un puñal en el sector diestro.

Pero no es menos cierto que el conjunto 'citizen' no inquietó a Schmeichel hasta los últimos instantes de la primera mitad, cuando Agüero estrelló un balón al larguero tras un saque de esquina. La posesión, nuevamente, estaba resultando estéril. El City se marchaba al descanso completamente atascado. La Premier se alejaba poco a poco. 

El City fue a más

En la reanudación, el cuadro 'citizen' salió con las ideas muy claras. Tocaba encerrar al rival. El City se convirtió en un auténtico rodillo ante un Leicester que, ahora sí, tan solo podía achicar agua atrás. Si en la primera mitad no habían habido grandes ocasiones, en la segunda todo cambió.

Guardiola se desgañitó y los 'citizens' empezaron a hacer mucho daño. Schmeichel le veía las orejas al lobo y se empleó a fondo, especialmente en un remate de Agüero que sacó con una mano milagrosa. Se le aparecía la virgen. Como se le apareció a Kompany. O igual fue Dios. ¿El del fútbol, quizás? Yo qué sé. Lo cierto es que el belga se sacó un derechazo de la manga para hacer estallar el Etihad. 

El 1-0 era más que merecido. Tras el tanto, el City no supo a qué jugar. Atacar y buscar el 2-0 o mirar la meta de Ederson. Esa disyuntiva a punto estuvo de aprovecharla Iheanacho para enmudecer todo el estadio. Al final, los jugadores 'citizens' supieron sufrir y sellaron un triunfo que vale media Premier. Guardiola respira.