City y Liverpool empatan en el descontrol

El Kun se lamenta por una de las ocasiones fallidas

El Kun se lamenta por una de las ocasiones fallidas / AFP

Pol Ballús

Manchester City y Liverpool empataron a uno en un partido en el que lo extraño no fue el resultado, sino que hubiera solo dos goles. Con dos equipos lanzados al área contraria, solo la falta de resolución impidió que alguien se llevara la victoria. Milner primero y Agüero después fueron los autores de los goles en un frenesí de llegadas, transiciones y descontrol en el que, la falta de concreción del propio argentino, dejó a los de Pep sin los tres puntos

El arranque fue una buena noticia para el City. Sobre todo cuando se vio un equipo con ganas de sacudirse de los temores del primer tiempo en Mónaco. Los hombres de Guardiola salieron firmes en la intención de dar un paso adelante. En el camino se encontraron con el Liverpool de Jürgen Klopp, equipo poco acostumbrado a amilanarse y que salió decidido a bloquear la defensa ‘citizen’ con tres hombres presionando arriba. En esta ocasión, el City encontró el aire donde fluir a través de David Silva. El canario volvió a asumir galones en el centro del campo para reivindicar que su actividad condiciona totalmente el juego del City.

Con el mediapunta español como base, este Manchester City volvió a dejar claro que el juego lo acaba por los extremos. La profundidad de Sterling y Sané volvió a ser el gran puñal de los de Guardiola. Los dos jóvenes encabezaban un ataque que conseguía llegar con facilidad a línea de fondo y servir tensos centros al corazón del área. Allí, donde se deciden las cosas y donde la precisión no ha acompañado al City en lo que va de año, los hombres de Pep volvieron a perdonar. Agüero, Sterling y el propio Silva marraron opciones imperdonables, para desespero del técnico catalán en la banda, viviendo en un dejá-vú demasiado habitual.

El Liverpool, por su parte, no perdió en ningún momento la cara al partido. Pese a empezar con un Milner sufriendo en banda, rehízo su compostura cimentado en el incansable trabajo de Emre Can y Lallana en el centro del campo. Con los dos equipos equilibrados, el partido se volvió incontrolable: un contexto más deseado por los del Merseyside El banquillo del City protestó posibles penaltis sobre Agüero y Sterling, mientras Klopp hizo lo mismo con una caída de Mané. Irrumpieron Mignolet y Willy, y la afición se empezaba a preguntar como era posible que el partido siguiera sin goles. La pregunta se respondió en la reanudación.

Los goles, tras el descanso

La primera incursión del Liverpool en área rival tras el descanso acabó en penalti. Firmino ganó la espalda a un torpe Clichy, que lo tumbó de forma torpe. El regalo lo aprovechó Milner, excitizen, para avanzar a los de Klopp. El tanto cambió la dinámica del partido (51’). Los ‘reds’ juntaron más sus líneas y se acostumbraron a defender más atrás, mientras al City le asediaban las prisas de no perder otro partido. Los locales no pudieron imponer su dominio, y Guardiola lo remedió quitando a un desbordado Yaya Touré, superado físicamente. El retorno de Fernandinho al centro del campo y el intercambio de posiciones en ataque tuvo sus frutos. Kevin De Bruyne, descolgado en banda, trazó el enésimo centro al área. En esta ocasión Agüero superó a Klavan y remató de primeras al fondo de la red (69’).

La fe volvió al Etihad tras la igualada, y los de Guardiola trataron de tomar de nuevo las riendas de un partido que no daba respiro. Firmino advertía a Willy de que los ‘scousers’ estaban vivos con un tiro a la red lateral, mientras el City veía aparecer de nuevo a Sané. El alemán, experto en entrelazarse con sus compañeros, combinó con el ‘Kun’ en una ocasión que el argentino falló de forma inexplicable. Lo mismo hizo Lallana cuando, solo ante Willy, no conectó el disparo final. De Bruyne culminó el despropósito ofensivo general mandando un balón a la madera. La locura era imparable.

Pep trató de remediarlo incorporando a Fernando en los últimos minutos. El partido bajó en revoluciones, pero le quedó la enésima Agüero. Con el tiempo cumplido, el delantero recibió un perfecto balón tocado de De Bruyne. El ‘Kun’ lo empaló con la urgencia de quien quiere con demasiado empeño, y su inhabitual fallo cerró uno de los mejores partidos de lo que va de Premier League.