El City acaricia el sueño de la Premier

Bernardo Silva, jugador del Manchester City

Bernardo Silva, jugador del Manchester City / EFE

X. Serrano

El City convirtió su sueño en realidad. Además, en Old Trafford, escenario poéticamente apropiado. El derbi mancuniano situaba la Premier League en una encrucijada: si los celstes no vencían, el Liverpool abrazaría el título. Pero los de Guardiola no fallaron (0-2).

120043

Premier League

0
2
Alineaciones
Manchester United
De Gea; Darmian (Alexis, 83'), Lindelof, Smalling, Shaw, Young; Pereira (Lukaku, 72'), Fred, Pogba; Lingard (Martial, 83') y Rashford.
Manchester City
Ederson; Walker, Kompany, Laporte, Zinchenko; Gündogan (Danilo, 89'), Fernandinho (Sané, 51'), David Silva; Bernardo Silva, Agüero (Gabriel Jesús, 89') y Sterling.

Tras un arranque incómodo, el City impuso su superioridad en un segundo tiempo arrollador, culminado con las dianas de Bernardo Silva Sané. A falta de tres plácidas jornadas, los de Pep sacan un punto al Liverpool y dejan muy encarrilada su segunda liga seguida.

Caprichoso, el fútbol llevó a la afición ‘red’ a animar a su histórico archirrival. Como hasta el mismísimo James Milner reconoció que haría por primera vez. Les tocó apostar al caballo perdedor, abandonados al orgullo de un gigante herido y a la liturgia de Old Trafford, más que a las posibilidades de un equipo desdibujado.

Un United rebelde

Y es que como todos los grandes, el United puede perder, pero le está vetada la apatía. Tras ser atropellado por Barça EvertonSolskjaer pidió perdón a la afición y prometió una reacción. Siete goles en 180 minutos eran demasiados y el noruego regresó a la defensa de cinco, fórmula con la que sobrevivió al Barça en Old Trafford.

Más allá de los esquemas, el United vivió una revolución a nivel de intensidad. A ratos excesiva, como ilustraban sucesivos remates precipitados, pero valiosa en líneas generales. No daban un balón por perdido, presionaban hasta la extenuación y obstruían el juego celeste. Incómodo, el City dominaba más la pelota que el partido, previsible en los metros finales.

A los de Guardiola les costó desmarañarse de la presión ante la importancia de la cita. Se marchaban pases simples, los espacios se esfumaban y la zaga temblaba ante un United de consignas sencillas: robar y correr. 

Reacción celeste

El avance del crono hizo crecer al City, más reconocible en los albores del descanso, cuando De Gea privó a Sterling del gol. Ni la lesión de Fernandinho alteró la crecida celeste, constante, cada vez más intensa. Hasta que Bernardo Silva derrumbó la muralla de Solskjaer con un zurdazo pegado al palo corto de De Gea.

Desbocado, el City acarició el segundo en una triangulación vertiginosa que Agüero culminó muy cerca del poste. El United intentó reponerse, dolido. Se fue arriba, sin más argumento que la insistencia. Y en un contraataque, los celestes sentenciaron. Sterling despegó, Agüero barrió la defensa y Sané fusiló a De Gea.

Decidido a dar la cara, Solskjaer puso todo su arsenal sobre el campo. Sus hombres correspondieron, a empujones y con coraje, pero sin ideas. Mientras, en las gradas se escuchaba el ‘Blue Moon’ procedente del fondo celeste, que ya se siente campeón.